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EL DIOS INSUSTITUIBLE 105 ciencia de hoy es más reacia a los argumentos antropológicos. Dentro de su visión estructural del mundo podría resultar renovadamente vá­ lida la «vía cosmológica»: Tenemos la impresión de hallarnos en un sistema estable y suficiente. Sin embargo, percibimos que la realidad se está cambiando con un dinamismo constante de progreso hacia una mayor perfección de su figura. El problema profundo que esta realidad implica, da pie a que el hombre piense seriamente si este problema no tendrá que depender de otro sistema estable y absoluto que le man­ tenga en equilibrio. El razonamiento se corroboraría por la teoría del universo como «explosión inicial»: un despliegue cósmico que no pue­ de llegar al desequilibrio catastrófico a causa de un absoluto primero que está en la base. Se tendría así un inicio del argumento cosmológico en la contraposición de contingencia-necesidad. Suponiendo que esto no impidiera una hipótesis puramente mun­ dana para explicar la realidad, se tendría, al menos, que la racionalidad de la fe en Dios y su conexión con la ciencia actual se apoyaría en una hipótesis tan válida como la contraria. Ante tan exiguo resultado en el plano científico, bueno será cons­ tatar que quedan abiertas otras perspectivas. Por ejemplo, que la in­ serción de nuestra inteligencia en la realidad no es sólo a través del ejercicio crítico-científico. Puede ser a través de lo natural, de lo in- consciente-profundo (no lo irracional). Además, el hombre vive a nivel de una conciencia ordinaria y, por otra parte, también a nivel crítico- racional se puede equivocar. Esta situación humana pone al hombre en la disyuntiva de una opción. La frontera de Dios no se traspasa por la fuerza de la neceesi- dad, sino por la libertad. El hombre puede pensar de una manera u otra. Dios le ofrece el horizonte de la absoluta liberación; pero sin encerrarle siquiera en las barreras de un razonamiento ineludible. De esta manera la imagen del cristianismo se puede presentar como significativa y con sentido ante la sociedad de nuestro tiempo. Y las críticas parciales, fundadas en la teoría de la alienación (psicológica = Freud; sociológica = Marxismo), en el vitalismo (Nietzsche), en la filosofía analítica o en la teología radical de la muerte de Dios, carecen de sentido. Pues su esfuerzo por descubrir explicaciones del hecho reli­ gioso lo fundamentan en el supuesto falso de que la razón crítica cien­ tífica excluye totalmente cualquier tipo de razones para considerar como real la existencia de Dios.

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