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D E N U E VO F R A N C IS C O 81 nuestro, se detecta una cierta afinidad espiritual, de almas, y cada lector debe buscar en el texto la aplicación personal, el lenguaje inte­ rior, actual, que Francisco dice a cada lector en el corazón. 6. Leonardo García Aragón ha compuesto una obra íntimamente relacionada con las fuentes franciscanas8, con la que ha querido «fa­ cilitar el trabajo a todos aquellos que han de tratar algún tema rela­ cionado con el franciscanismo» (p. 9). Para ello, ha llevado a cabo un arduo trabajo que ha consistido en seleccionar unos términos (con­ ceptos, nombres propios y nombres de lugares) de alguna relevancia en los escritos y las biografías de san Francisco. Dieciocho páginas recogen 1.424 términos que, en realidad, son más al remitir a sinó­ nimos y afines. Para confeccionar estas concordancias, además de los escritos de san Francisco, ha examinado y usado las Florecillas, las biografías de Celano, la de san Buenaventura, el Espejo de perfección y la Leyenda de los tres compañeros. Como texto de referencia se ha escogido la edición de la BAC de 1965. En cuanto a la metodología, no da en los términos la sola y pura referencia, sino que se transcribe la frase entera en la que aparece el término. Con ello se evita lo prolijo que sería tener que consultar y buscar en cada caso la frase en el correspondiente pasaje del escrito o biografía de san Francisco. En unos apéndices finales se recogen las palabras del Señor dichas a Francisco; los textos de la Sagrada Escritura y los pasajes bíblicos citados en los escritos y biografías del santo; los índices detallados de los mismos escritos y biografías. Dentro del trabajo que ha supuesto la obra, trabajo que alabamos, encontramos dos inconvenientes: a) que las siglas o abreviaturas empleadas para citar los escritos y biografías de san Francisco no son las usuales en los libros de franciscanismo b) que los textos no remitan a una edición crítica. Es cierto que en español no existe una traducción «oficial» y, de ello, no tiene la culpa el autor. Por ello, estas concordancias, más que darnos un texto crítico fiel, nos remite más bien a la idea, al concepto. Siempre que se trata de una «selección», y más de conceptos y nombres como en este caso, cabe siempre la corrección, la mejora, ya que no todos tienen los mismos criterios. Pero, aun con sus defec­ 8 . Concordancias Franciscanas, G u a te m a la 19 7 7 , 12 X 19, 1 .0 7 5 p p . 6

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