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92 M . G O N Z Á L E Z 3. Para todos los franciscanos ya es una expresión muy conocida el v iv ir «según la forma del santo evangelio». Desentrañar el sentido de esta fórmula, primero para Francisco y su posible actualidad hoy, es la meta de la última obra que comentamos 2l. E l proyecto evangélico de Francisco quedó plasmado de un modo más concreto en las reglas y el testamento. Recorriendo estos docu­ mentos, su proyecto aparece como la búsqueda y el encuentro con Dios. Pero este encuentro se manifiesta también hacia los hombres en una contestación. Todos vivimos el fenómeno de la contestación que trata de hacer saltar la situación actual, juzgada mala y alienante, para ins­ taurar otra más humana y auténtica. Francisco lleva a cabo una contes­ tación, que no es destrucción sino afirmación positiva, encarnada, de los valores que quiere promover. E l fenómeno contestatario en la Iglesia busca hoy un mayor radicalismo evangélico, un rechazo del poder, cuestionar las estructuras de la misma Iglesia. Y la contestación franciscana tiene algo que decir en todos esos campos. Pero su contes­ tación, y la de Francisco en primer lugar, es más bien un grito de adhe­ sión a la verdad y la pureza del evangelio, un deseo de levantar, de reconstruir lo que se tambalea o existe en mal estado (Francisco, ve y repara mi casa que amenaza ruina). Socialmente, la contestación de Francisco no lleva a la identificación con una clase social o con una estructura socio-económica. E l proyecto evangélico de Francisco es definido como «el descubri­ miento radical de D ios y de Jesucristo» (p. 22); «descubrimiento del misterio de D ios que se revela en Jesús y en el Esp íritu» (p. 21). Ahora bien, conocer a Jesucristo, Francisco lo hizo a través de la Escritura, de las palabras evangélicas. Todo un capítulo, el tercero, analiza a Francisco como servidor fiel de las palabras evangélicas, presentando primero los datos estadísticos de los textos bíblicos que cita, una clasificación de los mismos (en radicales y preferidos) y la «ciencia exegética» de Francisco. Los capítulos cuarto y sexto dan un nuevo giro al libro mirando no tanto a Francisco cuanto al movimiento a que él dio origen. In ic ia l­ mente se responde, de modo histórico, a la pregunta de si Francisco quiso fundar una orden. Para ello se hace un recorrido por las reglas y testamento para descubrir «el proyecto de vida que Francisco pro­ ponía a los hermanos», terminando con la proclamación de la validez 21. Thaddée Matura, El proyecto evangélico de Francisco de Asís hoy, trad. V. Casas García, Madrid, Paulinas 1978, 11x19, 124 pp.

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