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74 M . G O N Z Á L E Z Tanto en un caso como en el otro, se recoge lo más depurado de la historiografía franciscana. En la introducción correspondiente a los escritos de san Francisco, se habla del santo como escritor, del trabajo de sus amanuenses, la forma literaria de los escritos, vicisitudes de los mismos, su «descubrimiento» como fuente primigenia a través de la obra de Sabatier, las sucesivas ediciones críticas... Posteriormente, se detiene en cada escrito en particular (reglas, exhortaciones, cartas, lau­ des, oraciones diversas), señalando, en cada caso, el momento en que fueron redactados, el significado y el valor del documento tanto para san Francisco como para la orden, etc. La introducción a las biografías abarca tres cuestiones capitales: a) las fuentes biográficas ante la crítica (lo que tradicionalmente se ha llamado la «cuestión franciscana») b) la interpretación que de san Francisco hacen los bioógrafos c) el influjo de las biografías en el culto, la iconografía y la poesía vulgar de los siglos xm -x iv . Luigi Pellegrini presenta la parte tercera: las crónicas y otros tes­ timonios no franciscanos (27 en total); las crónicas y otros testimo­ nios franciscanos (19 en total); un apéndice de documentos de la curia romana (10 bulas). En esta introducción destaca más el dinamismo del movimiento franciscano que Francisco mismo. Este sólo se convierte en realidad histórica notable a partir de su canonización, que lo con­ vierte en «autoridad» (pp. 182 ss.). Chiara Augusta Lainati, en la más corta de las introducciones, nos lleva de la mano por un camino espiritual hacia los escritos de santa Clara, el proceso de su canonización, la Leyenda de santa Clara virgen y dos documentos papales: el privilegio de la pobreza y la bula de canonización de la santa. Sobre estas introducciones, en general, hemos de indicar que se inscriben en una determinada dimensión metodológica: no se limitan a presentarnos la experiencia religiosa de Francisco, sino que quieren ser un análisis histórico que abarque la espiritualidad, las ideas, las instituciones; pretenden ser una ayuda para comprender las raíces y los presupuestos de la experiencia franciscana, tanto en Francisco como en los primeros franciscanos; contribuir a que el movimiento francis­ cano se autocomprenda y evolucione; una indicación de la historicidad del franciscanismo. Sólo Chiara Augusta Lainati deja de lado el campo histórico-crítico para adentrarnos en la espiritualidad de unos textos impregnados del recuerdo y de la presencia de santa Clara.

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