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D E N U E VO F R A N C IS C O 85 contradicción y sus confusiones biográficas. En esta misma línea de presentar primero lo negativo, analiza las diversas causas que han impedido la aparición de una edición crítica de las Florecillas, espe­ cialmente por falta de un estudio serio de los diversos códices, de su valoración realística. Exponiendo su teoría, el autor rechaza que las Florecillas hayan sido una traducción de los «actus», que son pos­ teriores. Además de existir otras razones cronológicas, geográficas, filo­ lógicas. Para A . Quaglia, el autor de las Florecillas ha sido F r. Ugolino de Montegiorgio, en la primera mitad del siglo x iv y con un escenario bien definido: Las Marcas. E l cap. I V está dedicado íntegramente a la figura de este religioso que si, en la cronología de su vida, no ofrece mayores dificultades, su actividad literaria no está suficientemente cla­ rificada. A. Quaglia le atribuye dos obras más: Tractatus de Provincia Piceni y la Vita del B. G iovanni della Verna. Dos cuestiones connexas entre sí son tratadas en los dos últimos capítulos: el mundo ideal de las florecillas y la historicidad de las mismas. En cuanto al mundo ideal, las Florecillas quedan al margen de todo interés polémico, artístico o histórico, dirigiéndose simplemente al pueblo cristiano con una sola finalidad: la edificación espiritual del lector. En cuanto al arco temporal que abarcan se abren en Asís con el deseo y propósito espiritual de guardar el evangelio a la letra y se cierran con la descripción de la imitación material de Francisco a Cristo en el monte Alvernia. Sobre la historicidad, el autor, frente a opiniones extremas, pre­ fiere afirmar que cada caso es distinto y ha de ser juzgado en sí mismo y no en un conjunto. Como conclusión, se afirma que en las Florecillas brilla la honestidad del autor, la materia está suficientemente garan­ tizada por la documentación y su valor artístico es indudable en la exposición narrativa. Un libro, por tanto, que merece respeto y cre­ dibilidad. A. Quaglia ha compuesto una obra sugestiva; precisa a la hora de criticar los datos que aportan las fuentes; suficientemente fundada en las hipótesis sobre el autor y el tiempo de composición de las F lo ­ recillas. Es de esperar que con estudios, como el presente, este capí­ tulo del franciscanismo encuentre clarificación lingüística e histórica.

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