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72 R A U L F O R N E T B E T A N C O U R T y que cambien precisamente en lo referente a su ingenua concepción positivista de la religión. En realidad, y en base a las enseñanzas de la experiencia cubana, se puede decir que el futuro del diálogo entre marxismo y cristianismo depende, fundamentalmente, de esta cuestión: ¿Será capaz el marxismo de superar su cómoda y simplista explicación del fenómeno de la reli­ gión? Mientras el marxismo no abandone su absurda concepción de la religión como una forma anticientífica de la conciencia social, mien­ tras sus categorías de pensamiento sólo le permitan pensar la religión como una alienación, mientras se cierre, en nombre de un ateísmo pos- tulatorio y sistemático, a la pregunta de la posibilidad de la religión como una dimensión constitutiva del ser humano, el diálogo entre mar­ xismo y cristianismo no podrá alcanzar su pleno sentido y carecerá así, en el fondo, de futuro. Raúl F o r n e t B e t a n c o u r t

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