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DISCURSO DE LA MISION 11 Todas estas peculiaridades — de material y redaccionales— entran de lleno en el espinoso problema de la cuestión sinóptica, por lo demás insoluble. Habiendo examinado diversos estudios sobre el tema 5, he optado por la anterior simplificación expuesta en el esquema en el que se marcan los paralelos, dejando de lado la nomenclatura un tanto arti­ ficial de los diversos documentos6, y aceptando como instrumento me­ todológico de trabajo, la denominación de la teoría de las dos fuentes (Me, Q), si bien ésta no explica exhaustivamente todos los problemas sobre el material propio de Mateo7. E l primer evangelista presenta un material estructurado y ubicado diversamente, lo que no equivale a identificarlo con un material de «se­ gunda mano». No son pocos los autores que comienzan a estudiar con seriedad la antigüedad del evangelio de Mateo. En opinión de E . Kase- mann, Mateo en su material propio está quizá más próximo a la tra­ dición primitiva que los otros, y lo prueba aportando textos — varios del cap. 10— de los que pretende extraer una visión de la antigua comunidad: comunidad radicalmente dividida por una diversa concep­ ción escatológica8. A l condensar Mateo en un solo discurso el material correspondiente a las dos misiones de Le 9 y 10, creo que ha de evitarse la precipitada conclusión — por fácil— de que M t haya copiado a Le. Más correcto parece afirmar que ambos se remontan a una fuente común (Me, Q), que cada uno utiliza de acuerdo con los objetivos a que pretende ser­ vir. En el tratamiento de las dos fuentes, los métodos literarios de Mateo y Lucas divergen sensiblemente; en tanto que Lucas mantiene separadas las dos fuentes reservando una a los doce y otras a los se­ 5. Los artículos de X. L eón - D u fo u r, Interprétation des Evangiles et pro­ blème synoptique y de S. M clo u g h lin , Les accords M i-Lc contre Me et le pro­ blème synoptique, en De Jésus aux Evangiles, en B iblETL XXV , I. de la Potterie (éd.), Gembloux 1967, 5-16 y 17-40, respectivamente. También: L ’evangile selon S. Matthieu (BiblETL XX IX ), en Journées Bibli­ ques Lovanienses 1970, Gembloux 1972. 6 . M. E. Boism ard, Synopse des Quatre Evangiles II , Paris 1972, 15-19. 7. P. Bonnard, o. c., 150. En orden a individuar las fuentes de Mt 10 pueden establecerse dos grupos de tendencias: a) los que se mueven dentro de la hipó­ tesis de las dos fuentes Me y Q ; b) los que optan por la hipótesis del Mateo arameo, y niegan la dependencia literaria directa de Mateo frente a Marcos, cam­ biando la Q por el Mateo arameo traducido al griego. 8 . The beginnings of the Christian Theology, en New Testament Questions of Today, Filadelfia 1969, 88 . Sobre la prioridad de Mateo respecto a Marcos se pronuncia G . G an der, L ’evangile de l’Eglise, Aix-en-Provence 1968.

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