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DISCURSO DE LA MISION 43 que el paralelo lucano 74; sin embargo, el vocabulario de Lucas parece ser menos elaborado que el de Mateo, que habría modificado el len­ guaje: philón patera en vez de misei patera ; y ouk estin axios mou en lugar de ou dynatai einai mou mathetes. Si bien es verdad, estas dife­ rencias no afectan en gran manera al sentido: no se trata de enfrentar dos afectos — el de Cristo y el de la familia— ; se pretende afirmar, en un contexto de pensamiento judío, que, en caso de conflicto, Jesús ha de ser puesto por encima de cualquier amor75. Tampoco es pequeña la problemática que plantea el v. 38. De este logion se encuentran cinco recensiones que pueden agruparse en dos grupos: 1) Mt 16, 24; Me 8, 34; Le 9, 23: en el mismo contexto. 2) M t 10, 38; Le 14, 27: en contextos diversos. En las dos recensiones del 2.° grupo las diferencias se reducen a algunas peculiaridades lingüísticas: lambanein (M t) por bastazein (Le); akolouthein (M t); erchesthai (Le); y las ya indicadas anteriormente: philón - mysei\ ouk axios mou - ou dynatai einai mou mathetes. E l sen­ tido permanece inmutado, lo que lleva a la formulación de la hipó­ tesis de que ambos debieron de estar unidos en Q 76. En el bloque que constituye el grupo 1.°, Mateo es una reproduc­ ción literal de Marcos, en tanto que Lucas ofrece variantes de poco relieve. Entre ambos grupos, sin embargo, existen diferencias notables: el 1.° está expuesto positivamente; el 2.°, negativamente, insertando ade­ más el tema de la renuncia — aparnesasthd y arnesastho — . Estas diver­ gencias de formulación del logion apuntan a la posibilidad de una his­ toria presinóptica separada en dos tradiciones distintas: Me y Q. Sobre la historicidad del logion, me siento inclinado a pensar que está fuertemente condicionado por la situación de la comunidad. Es verdad que la crucifixión era conocida en Palestina en tiempos deJe­ sús 77 y que existen testimonios literarios en los textos rabínicos78 que dejan suponer que «llevar la cruz» era conocido en el ambiente con­ temporáneo a Jesús. Sin embargo, incluido en el tema de las exigencias específicas del discípulo, no puede descartarse la posibilidad de que la experiencia de la cruz de Cristo esté justificando y redimensionando 74. S t r a c k - B il l e r b e c k I , 587. 75. Ib., 587. 76. W. E. B u n d y , o . c ., 163. 77. F. J o s e f o , Antiquitates ludaicae XVII, 10, 10. 78. S t r a c k - B il l e r b e c k I , 587.

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