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DISCURSO DE LA MISION 35 Mateo desdobla el discurso marcano en dos bloques: M t 10, 17- 22 = Me 13, 9-13 excepto el v. 10, y M t 24, 4-8 = Me 13, 5-8. De­ jando fuera el v. 10 y añadiendo ethnesin, Mateo redimensiona la v i­ sión hermenéutica de los acontecimientos; continúa el reclamo escato- lógico, pero es «atemporalizado» dando mayor consistencia al tiempo de la Iglesia. Las persecuciones y calamidades no son el anuncio de que el fin será inminente. Es en 24, 14 donde la predicación del evan­ gelio es conectada con el fin, pero tal citación impide considerar el acontecimiento como inmediato, de ahí que Cristo asegure a la Iglesia su presencia en el contenido de esta misión (M t 28, 18-20). A l insertar Mateo en el discurso de la misión las señales que en Marcos preanun- cian la venida del H ijo del Hombre y el fin, ¿quiere calificar los tiem­ pos de esa misión como escatológico-apocalíptica al estilo marcano, o más bien pretende redimensionar la escatología del segundo evangelista con matices escatológico-proféticos, presentando ya el momento de la Iglesia — a semejanza del de Cristo— como una realización escatológica, una llamada urgente a la conversión? La predicación de Jesús no se dedica a enseñar lo que va a ocurrir al fin de los tiempos, sino que invita a la conversión ante ese final. Se impone la distinción entre escatológico y apocalíptico; en tanto que lo primero es substantivo, lo segundo es un «género literario» 55. E n otras ocasiones el texto mateano es más extenso que el pre­ sentado por Marcos. Califica a las sinagogas de auton; los discípulos no deben preocuparse no sólo del ti sino tampoco del pos; el Espíritu auxiliador es calificado como to pneuma tou pairos hymon (en Me to pneuma to hagion). Todas estas convergencias y divergencias nos llevan a concluir que Mateo ha hecho un uso consciente del m aterial56 estructurándolo con bastante precisión. En efecto, en esta subsección, el pensamiento se encuentra sistematizado de tal forma que conduce a considerar el v. 22b como el vértice hacia el que confluyen lo precedente y subsi­ guiente: en un contexto de persecución exterior (saned rín ...) e inte­ 55. W. T r i l l i n g , Jesús y los problemas de su historicidad, trad. G. Ruiz- Garrido, Barcelona 1970, las páginas dedicadas al tema en Las enseñanzas de Jesús sobre el fin del mundo. 56. Lo mismo debe afirmarse de Me 13 respecto del material subyacente. Es opinión común que Me 13 contiene material de diversas procedencias: se reco­ noce un fragmento cristiano de tradición sinóptica, una parte apocalíptica, un midrash, algunos logia aislados, y una ubicación espacio-temporal. Cf. R. B u ltm a n n , o. c., 532-536, donde, además, ofrece un resumen de las interpretaciones diversas de la apocalíptica sinóptica.

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