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30 DOMINGO MONTERO 10, 14: rechazo del discípulo (se recuperan los términos oikia, polis, e implícitamente hodos, por la alusión al konior- ton ton podon). 10, 15 : recompensa E l v. 8b sirve de encuadre a toda la subsección: el discípulo al predicar debe transmitir íntegra y gratuitamente el mensaje. Es un eco de la advertencia contenida en Ez 34, 1 ss. Extraña que este texto, probablemente independiente de su contexto actual, aunque encuadre perfectamente en él, no haya subsistido fuera de la tradición mateana. ¿Quizá por estar en contradicción con el otro dicho que Mateo repro­ duce a continuación: «digno es el obrero de su sustento» («salario» en Le 10, 7)? De todas formas, este v. 8b parece condensar la gran idea que se realiza a continuación: el discípulo debe ir a su misión libremente, con­ fiando todo, incluso la defensa personal, a la Providencia y al Juicio de D ios. Que existiera el peligro de comercializar el mensaje y el mi­ nisterio no era una posibilidad remota (Didaché, caps. 11 y 12), con­ tra lo que Mateo y Pablo advierten (Act 20, 33 ss. y 2 Cor 2, 17). De la estructura indicada pueden, pues, apreciarse tres grupos de advertencias: la primera respecto a la indumentaria; la segunda refe­ rida al comportamiento y praxis del discípulo; y la tercera advierte sobre el rechazo del discípulo. A cada una de estas advertencias sigue una promesa de juicio: recompensa o castigo de la conducta adoptada. 10b garantiza que el total desprendimiento y la entrega absoluta a la misión no quedarán sin recompensa ( = M t 19, 27 ss.); en 13 promete que la paz se retirará de quien se manifiesta indigno de e lla 4S; el v. 15 advierte que el rechazo del apóstol será juzgado severamente. Una vez más aperecen identificados Maestro y D iscípulo, pues el mismo castigo aguarda al que rechaza a los mensajeros de la Palabra (10 , 15 ) y a la Palabra encarnada (M t 11, 24). Mateo deja más impreciso que los otros dos sinópticos el signifi­ cado del gesto de sacudir el polvo de los pies. M t y Le al no permitir el calzado, son más coherentes que Me, quien, permitiendo llevar san­ dalias, conserva, sin embargo, «sacudirse el polvo de los pies». En tanto 45. La dignidad ha de entenderse en un sentido dinámico: alguien suscep­ tible de recibir la predicación del Reino, cualquiera que sea el nivel moral o religioso (P. Bonnard, o. c., 145). Sólo en este capítulo aparece usada la palabra eirene en todo el Evangelio de Mateo; teniendo un sentido diverso en los vv. 13 y 14: existe una oposición entre «vuestra paz» (v. 13) y la del v. 34 = Jn 14, 27.

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