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DISCURSO DE LA MISION 25 doce haya fundado el «nuevo pueblo de D ios». Tal expresión no se encuentra en la Escritura; en ella se habla de nueva alianza basada en la promesa hecha a Abrahán, padre de todos los creyentes. La designación de los doce aparece orientada no hacia un nuevo Israel, sino hacia la nueva alianza con Israel. La acción de Jesús es positiva, no tiene por causa, o meta la aversión a Israel, sino que está motivada por una solicitud hacia el pueblo de las promesas y su ins­ tauración escatológica. La conexión más directa con las doce tribus de Israel está expresada en un contexto de juicio. Prescindiendo de las diversas interpretaciones y motivaciones que se presentan para la comprensión del texto de M t 19, 28 ( = Le 22, 30 aunque en diferente contexto), parece claro que el autor del primer evangelio pre­ tende poner de manifiesto la radical incorporación de los doce y su identificación con la obra del Maestro, dándsles una dimensión de p ri­ micia escatológica ( = Ap 21, 12-14). A las ovejas de Israel: 10, 5-6 Son estos unos versículos abiertos a una densa problemática. 5b-6 es una instrucción específica reservada a los doce; en 5a se aprecia con claridad que Mateo interrumpe 2-4 para volver y empalmar con el v. 1. La instrucción podría ser ubicada en Q 30. Las expresiones arcaicas y la mención de Samaría hacen probable que no haya sido Mateo quien configurara el logion; sin lugar a duda lo probaría la ten­ sión respecto a M t 28, 19 31. Su ultrajudaísmo concuerda con la res­ tricción de M t 15, 24. De ahí que algunos afirmen que Mateo habría generalizado, aplicando a la misión de los apóstoles, la declaración del Salvador a la mujer cananea32. También J. Jerem ías, o. c., 292, afirma que el número de doce no significa una delimitación particularista de la salvación; anuncia, más bien, la institución del Pueblode Dios escatológico, hacia elque afluirán también los paganos. Esta aper­ tura ya aparece indicada en Is 19, 16-24, donde se coloca al mismo nivel a Egipto, Israel y Asur. 30. W. E. Bundy, o. c., 157. 31.W. T r illin g , E l verdadero Israel, trad. C. Fernández, Madrid 1974, 146. A estas observaciones han de añadirse fas propuestas por J. Jeremías, acerca de la estructura del logion, en Jesús et les Pdiens, en Cahiers Theologiques 39 (1956) 1-70, especialmente la página 15. 32. A . L oisy, Les Evangiles sinoptiques I, Ceffendons 1907, 865. Tal hipó­ tesis es definida por M. J. L agran ge (o. c., 197), como «pura fantasía». Para la relación existente entre Mt 10 , 5b-6 y 15, 21-28, cf. W. T r illin g , o. c., 146- 50 y J. Jerem ías, a. e. últimamente.

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