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394 GERMAN ZAMORA cación». La predicación se expresa frecuentemente hoy en un lenguaje ex­ traño, y por ello no pocas veces alienada, o politizada, envejecida o aburrida. Está, en una palabra, en situación de menesterosa 8. De ahí nace la urgencia de buscar remedio a sus males. La obra de Mal- donado ofrece un primer escarceo en esa dirección, de mano de la hermenéu­ tica como herramienta de trabajo, que en este caso tendrá por cometido «interpretar y actualizar la Palabra de D ios». Como la hermenéutica se ha crecido mucho en nuestra época, abierto y seguido orientaciones diferentes, el a. vuelve los ojos hacia éstas, trazando sus variantes desde la teología de la Ilustración hasta la sociología crítica y fijándose, sobre todo, en la her­ menéutica existencial, en la político-histórica y en la lingüística del psico­ análisis y de estructuralismo. Es el periplo acostumbrado; pero el a. procura, en su buceo del subsuelo del problema, no perder de vista la praxis, a la que todo su ensayo se encamina. A la praxis de la predicación se dedica la segunda parte del libro, con atención particular a sus formas clásicas ahora en crisis (oratoria hieratizada, monologai, clericalista, de élite y a las veces de ghetto..., en contraste duro con un mundo secular, dialógico, profètico, en el que se ha afincado ya el hombre-sin-iglesia, o «tercer hombre» y predominan los medios de comu­ nicación de masas). L. Maldonado, que no pretende cotas de originalidad muy altas, consigue un planteamiento lúcido del problema, una síntesis densa en lo doctrinal y la oferta de perspectivas muy útiles en el orden operativo. G e r m á n Z a m o r a 8. Luis M aldonado, El menester de la predicación, Salamanca, Sígueme 1972, 14 X 21, 222 pp.

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