PS_NyG_1978v025n002p0389_0394
LA HERMENEUTICA Y SUS PROBLEMAS. 393 conciencia, por ellos, de una situación histórica y la acción consiguiente. Pero el concepto adquiere una connotación negativa cuando se pretende deducir de aquella concienciación legítima un abuso del poder y someter las ideas a los intereses sociales o políticos en juego. Ah í es donde ha de insertarse la función hermenéutica sobre la ideología, para raer la parte peyorativa que entonces rezuma. En el campo bíblico-teológico se plantea como un problema similar al de la desmitificación bultmanniana, con la peculiaridad de que el quehacer hermenéutico no recae ya tanto sobre concepciones cosmológicas y afines cuanto sobre representaciones sociales de una época histórica. Así, la con cepción teocrática, jerárquica, patriarcal y agraria subyacente a muchos libros de la Biblia, pudo determinar ciertas apreciaciones y valores acerca de la familia, la mujer, etc., que hoy serían más arqueología que teología viva, dificultando por ello la penetración del mensaje cristiano a una sociedad de signos tan distintos como es la nuestra. La fe no se identifica con las estruc turas sociales históricas, sino que las trasciende y por eso las sobrevive a todas. La hermenéutica ha de mantener al cristiano siempre alerta y en sos pecha contra los «odres viejos», si queremos que el evangelio continúe siendo vino nuevo indefinidamente6. La hermenéutica es, en el fondo, un problema de interacción entre el sujeto (creyente) y el objeto (de su fe). En el protestantismo se ha acentuado hasta el exceso la actividad del sujeto; en el catolicismo, su receptividad. E l ideal, en ese d ifícil equilibrio dinámico, estaría en que el objeto por inter pretar regulara ciertamente el proceso subjetivo de su interpretación, pero sin eliminar su carácter de búsqueda activa y de esfuerzo inventivo de «tra ducción», de tradición7. R . Marlé, que reconoce de entrada que su exposición va a tener mucho más de hermenéutica que de catequética o comunicación de la fe cristiana, elabora críticamente los varios intentos habidos para iluminar el tema, como los de Bultmann, Bonhoeffer, Ricoeur, el estructuralismo. Calza cada ca pítulo con una bibliografía elemental, pero muy selecta; se apoya con fre cuencia en ideas del citado Paul Ricoeur para lo filosófico, y de W . Kasper para lo teológico y concluye acertadamente con la afirmación de que eltra bajo hermenéutico del catequista es indisociable del horizonte de la fe como «espejo y enigma». Si al libro anterior le cuadra bien el título de Hermenéutica y catequesis, al presente podría titulárselo, con no menor rigor, «Hermenéutica y predi 6 . Heinz-Horst Schrey, Entideologisierung ais bermeneutiscbes Problem. Ein Pro- gtam, Tübingen, J. C. B. Mohr 1969, 14,5 X 22,5, 32 pp. 7. René Marlé, Herméneutique et cathéchése, Paris, Mame-Fayard 1970, 13 X 20, 127 pp. Id., Hermenéutica y catequesis, trad. A. E. Lator, Barcelona. Herder 1973, 12 X 19, 139 pp. 10
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz