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392 GERMAN ZAMORA disciplina particular, por excelsa que pueda ser, y elevándola, de auxiliar de la exégesis, a una ciencia teorética en cuyo ámbito recaen los fundamentos mismos del conocer humano. Sus interrogantes tienen por objeto el entender en sí, la intelección histórica, lingüística, afectiva, existencial; la compren­ sión y la «precomprensión»; el horizonte del ser y el del sujeto que lo aprehende; en una palabra, los condicionantes y las exigencias incondiciona- das de la verdad: la esencia, estructuras, condiciones y límites de la inte­ lección. E . Coreth, bien conocido por su aportación a la metafísica, trata de des­ pejar aquellas incógnitas, indagando, sucesivamente, el trasfondo pretérito del tema, las estructuras materiales de la intelección, el caso de «lo histó­ rico», y, finalmente, el aspecto veritativo de la hermenéutica 4. Realiza esta labor en diálogo constante con el pensamiento filosófico contemporáneo, acercándose unas veces y distanciándose críticamente, otras, de él. Si es cierto que los cristianos se separaron entre sí por el evangelio (M . Besson), hoy parece serlo también que están llamados a encontrarse por su hermenéutica, o modo de interpretar y entender lo que dice la Escritura. E l mérito de haber visto la importancia fundamental de la «diferencia her­ menéutica de las Confesiones» corresponde a Gebhard Ebeling, quien, en último análisis, la concreta en diferencias de lenguaje, verdad y experiencia, es decir, en los presupuestos mismos de la interpretación. E l problema inter­ confesional se impostaba, como es sabido, en la irreducción de los dos prin­ cipios clásicos del «sola scriptura», protestante, y del «Escritura y Tradición», católico. En su intento de reinterpretar el principio luterano, Ebeling descu­ bre que la Escritura no es aislable de la Tradición, la cual constituye, bajo la forma de kerigma transmisor, su nicho normal. Deja así la B iblia de ser «Escritura sola» y se convierte en auxiliar del mensaje, en texto para la predicación. E l a. expone las reglas hermenéuticas que son comunes a ambas confesio­ nes, en algunas de las cuales se incluye el principio de la auto-interpretación, con lo que la posición católica se aproximaría implícitamente también a la protestante, pero no olvida los límites impuestos por la respectiva Confe­ sión 5. Concluye con la opción de que vuelva el poder del evangelio a ser tan fuerte en las Iglesias, que relegue el tema de su interpretación a segundo puesto. La ideología puede describirse, siguiendo a J. M . Bochenski, como un sistema de determinados puntos de vista, ideas, conceptos y representaciones, a que se atiene una clase social o un partido político. Supone la toma de 4. Emerich C oreth , Cuestiones fundamentales de hermenéutica, trad. M. Balasch, Barcelona, Herder 1972, 14 X 22, 275 pp. 5. Wolfgang T r illin g , Die Schrift allein, Stuttgart, Katholisches Bibehverk 1970, 13 X 21, 43 pp.

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