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358 ENRIQUE RIVERA parte en su visión totalizante de la realidad. Sabemos el puesto clave que ocupa Dios en la metafísica de Zubiri. Pero al iniciar su andadura mental piensa éste que el primer apoyo para la verdad no puede ser Dios en cuanto fundamento de la verdad ontològica sino la misma cosa real que se ofrece en su desnuda sencillez a la mente. En la metafísica clásica, ¿se halla algún antecedente de esta visión zubi- riana de la verdad real? Dejando a un lado en esta ocasión a Aristóteles, cuya teoría de los transcendentales del ser es más bien pobre, salvo en lo tocante a la unidad, es de advertir que Sto. Tomás, muy reflexivo sobre el tema, ha tomado postura distinta a la de Zubiri. Para él no hay otro funda­ mento de la verdad humana que la verdad ontològica cuya mensura se halla últimamente en Dios. Pero ya Duns Escoto no ve las cosas con tanta simplicidad. Admite, por supuesto, la verdad lógica y la ontològica, como la ha expuesto Sto. Tomás. Pero en sus «Quaestiones subtilissimae », comentario a la metafísica de Aris­ tóteles, hace esta afirmación, ya muy por la vereda que ha de seguir Zubiri: «Si nullus esset intellectus, adhuc quaelibet res, secundum gradum suae en- titatis, esset nata se manifestare» 17. Termina de decirnos Sto. Tomás que si no hay entendimiento humano o divino, no puede haber verdad. Pero Escoto matiza esta afirmación al sostener que se da una verdad de la cosa en sí, aunque no haya entendimiento a quien manifestarse. ¿No nos hallamos en camino hacia la verdad real zubiriana? Más explícito en esta línea es Suárez, al desentenderse en un primer mo­ mento de la verdad ontològica. He aquí cómo razona: «Creaturae considera- tae tantum secundum esse essentiae non habent veritatem essentiae ex confor- mitate ad divinam mentem seu ideam; non enim homo est talis essentiae quia talis cognoscitur a Deo, sed potius ideo talis essentia cognoscitur quia talis est essentialiter» 18. Creemos que la doctrina zubiriana de que la verdad real en sí misma no hace referencia explícita a la idea divina, se halla formulada en Suárez. Y ya entrevista por Duns Escoto. Podemos, por tanto, hablar de un diálogo, al menos implícito, entre Zubiri y estos pensadores de la meta­ física clásica. Es tan parco el maestro en sus citas que no nos atrevemos a hablar de diálogo explícito. En todo caso, es patente su capacidad de asimi­ lación de la metafísica clásica a la que retoca y desborda en todo momento. 2. D iálogo plenificante En este segundo momento de nuestra reflexión hemos creído que, para penetrar con hondura en el diálogo de Zubiri con la metafísica clásica, lo más práctico y efectivo sería extractar un breve pasaje de su obra Sobre la 17. Quaestiones subtilissim ae super libros M etaphysicorum A ristotelis, lib. V I, q. I I I , n. 5: ed. Vives, V II, 337b. 18. D isput. m etapb., V i l i , sect. V II, n. 13.

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