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366 ENRIQUE RIVERA resume esta doctrina: «Actus non limitatur nisi per potentiam subjectivam in qua recipitur» 38. La metafísica de la esencia, la de Duns Escoto, también la de Suárez, aúna más la función talitativa y la función transcendental. Ambas son atri­ buidas a la esencia. La transcendental en cuanto toda esencia dice orden al ser y a la realidad. La talitativa, por cuanto las esencias tienen entre sí una graduación peculiar hasta poderse hablar de grados de ser y de grados meta- físicos. La graduación de las esencias, que Duns Escoto la compara a la de los números, motiva la talidad de las cosas. Y su necesaria relación a la existencia implica su función transcendental. Parece indudable que en esta segunda postura se puede ver un preanuncio de la doctrina de Zubiri. En ambas metafísicas, la esencia tiene función tali­ tativa y función transcendental. Pero, sería traicionar la historia íntima de la metafísica no advertir que la metafísica de la esencia, en la interpretación de Escoto y Suárez, parte, en su análisis, de la esencia abstracta, de la esencia quidditativa cuya individuación se ha de hallar en una infatigable búsqueda. Escoto creyó descubrir la raíz de la individuación en la haecceitas. Suárez acude a la misma realidad existencial por sí misma. Mas, en ambos casos, la función talificante y la función transcendental quedan aminoradas. La función talificante porque la talidad singular es vinculada a algo sobreaña­ dido al contenido conceptual o quidditativo de la esencia, no a la esencia en cuanto tal, como elemento aglutinante de la misma realidad singular. Tam­ bién queda aminorada la función transcendental de la esencia, porque la inserción en lo real hay que buscarla a través de la no distinción de esencia y existencia, problema muy posterior al influjo primario que señala Zubiri a la esencia en la estructuración de lo real. En todo este gravísimo y disputado problema de la gran escolástica Zubiri no quiere tomar parte. Pese a ello, podemos afirmar que entabla un silencioso diálogo crítico en su senda meta­ física, clara y precisa. Dentro ya de su senda, no puede condescender con ninguna de las dos grandes tendencias escolásticas: ni con la metafísica del esse de Sto. Tomás, limitado y concretizado por la esencia, ni con la meta­ física de la esencia abstracta de Escoto y de Suárez, separada inicialmente de lo más real y concreto que es la cosa singular. 4 . D iá l o g o i m p o s ib l e Su formación clásica y su respeto a concepciones de gran peso histórico no han impedido a X . Zubiri el que se haya mantenido fiel a la propia vereda de su espíritu cuando las exigencias de la verdad se lo han impuesto. Es 38. Para un análisis y crítica de este principio L. F u etsch er, Acto y potencia, tr. de C. Ruiz GarriHo, Madrid 1948. Para una contraposición entre ambas metafísicas, E. G ils o n , L ’être et l’essence, 2 .a éd., Paris 1972.

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