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348 RAUL FORNET BETANCOURT pensamiento que paulatinamente le llevará a las posiciones de la Critique de la raison dialectique. Considerando la teoría de la libertad de L’être et le néant a la luz de lo que Sartre cree haber descubierto en y por dichos acontecimientos, pen­ samos que bien se podría aventurar la suposición de que este concepto de la libertad va un tanto retrasado con respecto a las experiencias ya vividas por su autor. Para apoyar nuestra suposición, permítasenos exponer breve­ mente la interpretación actual que Sartre hace de estas experiencias. E n una entrevista a Michel Contât con motivo del cumplimiento de sus setenta años, Sartre recuerda, efectivamente, que: «Antes de la guerra yo me consideraba simplemente como un individuo, no veía en absoluto el vínculo que había entre mi existencia individual y la sociedad en la que vivía. A l salir de la Escuela Normal había construido toda una teoría sobre esto: yo era el hombre solo, es decir, el individuo que se opone a la sociedad por la independencia de su pensamiento, pero que no debe nada a la sociedad y contra el cual ésta no puede nada porque él es libre. Ta l era la evidencia sobre la que fundé todo lo que pensaba, todo lo que escribía y todo lo que vivía antes de 1939» l74. Hemos comenzado ofreciendo este pasaje porque en él se plasma clara­ mente la posición sartreana anterior a 1939; posición que puede ser definida, en forma breve, como un individualismo contestatario de cuño antiburgués. Pero, ¿por qué se traza una clara línea de demarcación y se precisa que esa posición correspondía a la actitud intelectual y vital de antes de 1939? ¿por qué se coloca la línea divisoria justo en 1939? ¿cuál es el acontecimiento que convierte dicho año, para Sartre, en el año de su radical viraje? Ese acontecimiento, ya lo hemos mencionado, es la movilización. Deje­ mos que sea Sartre quien nos explique la influencia y consecuencias de este acontecimiento. «Lo que hizo estallar todo eso (se refiere a su bastante apacible situación de escritor antiburgués e individualista, mencionada en el párrafo que precede a las líneas que citamos, R .F .B .) fue que un día de septiembre de 1939 recibí una orden de movilización y me vi obligado a ir al cuartel de Nancy para reunirme con jóvenes que no conocía y que habían sido movilizados como yo. Esto fue lo que hizo entrar lo social en mi cabeza: comprendí inmediatamente que era un ser social cuando me vi arrancado del medio donde estaba... Hasta ese momento me creía sobe­ rano y fue necesario que encontrase por la movilización la negación de mi propia libertad, para que tomase cociencia del peso del mundo y de mis vínculos con todos los otros y de todos los otros conmigo» 17S. De cara a la problemática de la libertad, nos interesa resaltar de este pasaje la afirmación de que la experiencia de la movilización significa, para 174. S ituations X , Paris, Gallimard 1976, 176. 175. Situations X , ed. cit., 179-180.

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