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DOS TEMAS FUNDAMENTALES DE LA FILOSOFIA. 345 Con otras palabras, acentuando desmesuradamente la fuerza trascendente del para-sí, Sartre desconoce el hecho de que la facticidad puede, por su parte, determinar el grado de manifestación real de la libertad del individuo. Sólo desde este desconocimiento se explica que Sartre haya podido aseverar que el hombre, cualquiera que sea la configuración de la facticidad de la situación que vive, conserva siempre la posibilidad de trascenderla. Una afirmación ésta que evidencia cuán distante se encuentra la descrip­ ción sartreana de la realidad del hombre concreto que, en muchas ocasiones, vive situaciones que merman su trascendencia hasta el punto de reducirla a un mínimo irrelevante, y en las cuales, por consiguiente, no hay práctica­ mente margen ninguno para una elección libre. En resumen, podemos decir, pues, que en la teoría sartreana no se hace justicia al peso propio de la facticidad de la situación. Se insiste, es cierto, en el abandono radical del hombre en la contingen­ cia. Pero esta Geworfenheit, esta ligazón del hombre a lo pre-dado, sea en el sentido de condicionamientos materiales o en el de circunstancias histó- rico-sociales, es interpretada de tal manera que la absolutez de la libertad humana no se ve alcanzada por ella. En el fondo, la facticidad no hace mella, no menoscaba la absolutez de la libertad. Cuán irrelevantes consideraba Sartre en esta época las determinaciones del mundo, se puede ver claramente en esta afirmación, con la que da co­ mienzo a su breve artículo titulado: La République du Silence. «Jamás fui­ mos tan libres como bajo la ocupación alemana. Habíamos perdido todos nuestros derechos y, en primer lugar, el de hablar; se nos insultaba a la cara cada día y teníamos que callarnos; se nos deportaba en masa, como trabajadores, como judíos, como prisioneros políticos; por todas partes, en las paredes, en los diarios, en la pantalla, encontrábamos aquel inmundo y mustio rostro que nuestro opresores querían darnos de nosotros mismos: a causa de todo esto éramos libres» 1CT. Igualmente ilustrativas de la concepción de la libertad en el estadio de L’être et le néant son las líneas siguientes, escritas en 1947 para presentar el volumen Théâtre aparecido ese mismo año en Gallimard y que reunía estas piezas: Les Mouches, Huis clos, Morts sans sépulture y La Putain respectueuse. En su prefacio escribía Sartre entonces: «En no importa qué circunstancia, en no importa qué tiempo y en no importa qué lugar, el hom­ bre es libre de elegirse traidor o héroe, cobarde o vencedor. Eligiendo para 167. Situations I I I , Paris, Gallimard 1949, 11. Sobre esta afirmación escribiría Sartre años más tarde: «La phrase: Nous n’avons jamais été plus libres que sous l ’oc­ cupation, s’oppose au personnage d’Heinrich, traître objectif qui devient traître subjec­ tif, puis fou. Entre les deux, sept ans, et le divorce de la résistance». Notas inéditas, citadas por Simone De Beauvoir en La force des choses, Paris 1963, 261. Y Simone de Beauvoir comenta a continuación: «En 44, il pensait que toute sitution pouvait être transcendée par un mouvement subjectif; il savait en 51 que les circonstances parfois nous volent notre transcendance». 7

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