PS_NyG_1978v025n002p0271_0350
DOS TEMAS FUNDAMENTALES DE LA FILOSOFIA. 307 negado es del mismo modo de ser que aquél que niega. En la negación del ser (en-sí), el para-sí o la conciencia se realizaba como no siendo tal o cual objeto en el mundo, se determinaba en y por el objeto a no serlo; pero este objeto, en relación al para-sí trascendente que lo realizaba, permanecía en una «pura exterioridad de indiferencia»94, pues conservaba su carácter de en-sí y se revelaba al ser-para-sí justamente como un existente del tipo de ser del ser-en-sí. Pero, cuando se relaciona al otro, la negación interna expe rimenta un cambio radical en su sentido. E l para-sí se encuentra ahora frente a otro hombre que como él mismo, es también para-sí y conciencia. Por razón de esta igualdad en el modo de ser, la negación no puede expresarse ahora como el simple determinarse del para-sí a no ser el otro; pues el otro se determina a su vez a no ser ese para-sí. La relación negativa es entonces recíproca. Ese otro que niego es un existente que, al mismo tiempo, me niega a mí mismo. A diferencia del objeto intramundanamente realizado, el otro entra en esta relación negativa como un existente que, por su parte, se cualifica como sí mismo por la exclusión del otro. De aquí, pues, que el otro sólo pueda existir para la conciencia como un « sí-mismo rehusado » 95. Pero precisamen te por ello, porque el otro es sí mismo «él no puede ser para mí y por mí sí-mismo rehusado, sino en tanto que es sí-mismo que me rehúsa» Por donde se muestra que, para rechazar, para negar al otro, tengo que reco nocerlo o, si se prefiere, que mi negación es necesaria y simultáneamente reconocimiento del otro. Este reconocimiento implica, sin embargo, una con secuencia muy importante: el otro es, entonces, sobre todo aquél «por quien mi Para-sí es » 97. He aquí nuevamente subrayada la primacía del sujeto-otro como aquél por cuya mediación mi para-sí deviene objeto. Pero con esto, ¿no se destruye en cierta forma esa negación doble que va de mí al otro y del otro a mí? Según Sartre, esta negación doble cae, en efecto, en un dilema. Si yo me determino, en cuanto ser-para-sí, a no ser tal ser, éste se revela entonces como un objeto para mí; y la consecuencia es, ya que no puedo ser objeto para un objeto, la pérdida de mi propia objetividad para él. ¿Qué significa esto aplicado al caso de la negación del otro? Nada menos que la desapa rición del otro en cuanto sujeto-otro. E l otro no es ya más aquél que me hace objeto. E l otro ha cesado de existir como sujeto; ha sido rebajado a un objeto. Pero si el otro es, por el contrario, el «otro mismo», es decir, aquél que, en virtud de su propio proyecto se autodetermina a no ser yo y me convierte en objeto para él, es el otro entonces quien pierde su obje tividad. 94. EN, 344. 95. EN, 344. 96. EN, 344. 97. EN, 345.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz