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D o s t e m a s f u n d a m e n t a l e s d e l a f i l o s o f í a d e S a r t r e : e l o t r o tj l a l i b e r t a d 1. E l t e m a d e l o t r o Sartre comienza el capítulo sobre la existencia de los otros con este elocuente párrafo: «Hemos descrito la realidad humana a partir de las conductas negativas y del Cogito. Siguiendo este hilo conductor hemos des­ cubierto que la realidad humana era-para-sí. ¿Es esto todo lo que ella es? Sin salir de nuestra actitud de descripción reflexiva, podemos encontrar mo­ dos de conciencia que, aunque siguen siendo en ellos mismos estrictamente para-sí, parecen indicar un tipo de estructura ontològica radicalmente dife­ rente. Esta estructura ontològica es mía, es a propósito de mí que me pre­ ocupo y, sin embargo, esta preocupación «por-mí» me descubre un ser que es mi ser sin ser-para-mí» Este pasaje nos permite ver con claridad que la descripción hecha hasta el momento presente, por la que Sartre ha tenido la posibilidad de definir el ser del hombre como un ser que es para-sí, no da cuenta íntegramente de la realidad humana en su compleja totalidad. El hombre es ciertamente un ser-para-sí, pero esta determinación ontològica, fundamental y primige­ nia, no expresa la totalidad de la realidad humana. Definido como para-sí el ser del hombre nos aparece todavía en una figura incompleta. Para lograr la explicitación cabal de la realidad humana en tanto que totalidad, tenemos que emprender la descripción reflexiva deesos modos de conciencia que, aun cuando son estrictamente para-sí, apuntan por sí mismos a un tipo de estructura ontològica radicalmente distinta de la del 1. J.-P. S artre , L’être et le néant, Paris, Gallimard 1973, 275. En adelante cita­ remos esta obra por las siglas EN.

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