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PARA UNA MEJOR COMPRENSION DE MT 1 4 , 2 2 -3 3 253 Por lo que a la unidad del relato se refiere (no consideramos ahora la peculiaridad de la inserción referente a Pedro), también es variada la gama de opiniones. M.-E. Boismard afirma que en nuestra perícopa subyacen dos documentos combinados, A y B; éste último estaría sustancialmente recogido en Jn 6 , 16-219. W. E. Bundy llega a detectar dos historias separadas, tomando como patrón el texto presentado en Marcos: — vv. 46. 48b. 50: epifanía, resaltada por el logion «intentó pasar de largo» (cf. Ex 33, 19-22; Job 9, 8 ) — vv. 47. 48a. 51. 52: un salvamento vespertino10. La formulación de una hipótesis, como instrumento de trabajo, puede ayudar a la explicación del problema relativo a la unidad y diversidad redac- cional del presente relato; sería la siguiente: «la existencia de un relato anterior a la redacción evangélica, ya escrito en griego. El núcleo del mismo estaría constituido por un acontecimiento marítimo en el que se afirmaba el poder del Señor sobre el mar, coloreado con elementos descriptivos prove­ nientes del AT» Así no faltan quienes ven en la tempestad calmada (Mt 8 , 23-27 / Me 4, 35-41) y en el caminar sobre las aguas (Mt 14, 22-27. 32 / Me 6 , 45-52) dos narraciones de una tradición afín. Ambas podrían hundir sus raíces en un núcleo básico que después, en la transmisión, ha tomado moldes diferentes polarizados por centros de interés diversos, uno didáctico — la tempestad calmada— y otro dogmático — el caminar sobre las aguas— . Incluso en la situación actual de los dos hechos podrían individuarse afi­ nidades manifiestas: en el caminar sobre las aguas viene notado el calmarse del viento; la epifanía aparece sugerida en la tempestad calmada por medio de la pregunta «¿Quién es éste?» 12. Nuestro relato habría sido elaborado en la fuente común, convirtiéndose en una manifestación de Jesús glorificado a los Doce, anticipando así los re­ latos pascuales. En efecto, las afinidades redaccionales con la tradición de la Resurreción son notables. Jesús «fantasma» sólo aparece en los relatos pas­ cuales; la revelación de la identidad de Jesús se encuentra en el centro de interés de las visiones de la Resurreción. «Tened ánimo, no temáis» pertenece al ciclo pascual (cf. Mt 28, 4. 10). La situación anímica de los discípulos sobre la barca encuentra su equivalente en la de los días que siguen a la Pascua (cf. Mt 28, 17; Jn 20 , 19). 9. Synopse des Quatre Evangiles II, Paris 1972, 225-228. 10. Jesús and the First Tbree Gospels, Cambridge-Massachusetts 1955, 268. 11. A.-M. D e n is , La marche de Jésus sur les eaux, dans De Jésus aux Evangiles, en BiblETL XXV , I. de la Potterie (ed.), Gembloux 1967, 245. 12. W. E. B u n d y , o . c ., 269. Sin embargo, probar tal cosa parece una empresa osada, si no desesperada (cf. G . G a n d e r , L’Evangile de l’Eglise, Aix-en-Provence 1968, 222 ).

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