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P a r a u n a m e j o r c o m p r e n s i ó n d e M t 2 2 - 3 3 El Evangelio de Mateo se presenta como «un proyecto» literario-teológico basado en un esquema ideológico semántico que posibilita la comprensión de la obra como unidad de sentido. No pueden abstraerse los elementos para someterlos a un análisis imparcial, ya que, arrancados de su humus, perde­ rían el valor que les proviene de la inserción en la totalidad. En una obra literaria cada elemento ocupa un lugar preciso, que sólo es inteligible en «su» puesto. Abstrayéndolo, se destruye la unidad del proyecto general y se devalúa su riqueza particular. Al abordar la lectura de Mateo 14, 22-33, me sitúo en esta perspectiva hermenéutica: comprender el todo por una de sus partes, consciente de que tal empeño presupone un conocimiento de las categorías literario-teológicas de la obra en cuanto tal. Dada la coherencia interna, característica de toda creación literaria, las partes deben contribuir a iluminar el todo al mismo tiempo que la totalidad configura y precisa el sentido de las diversas uni­ dades. Mateo 14, 22-33 debe moverse dentro de la tonalidad típica mateana — en esto consiste la peculiaridad sinóptica— ; no es un elemento «a se stante», autónomo. Recibe de la totalidad su enmarque semántico e ideo­ lógico. Aporta, en cambio, la profundización de algunos elementos y con­ tribuye a esclarecer la estructura interna del «proyecto». En este diálogo, el texto crece y adquiere una riqueza de contenido superior a la que ofre­ cería un examen aislado, que no tuviera en cuenta el fundamental criterio hermenéutico de la inter-relación. Por otra parte, la peculiaridad del proyecto mateano sólo puede apre­ ciarse justamente contrastándola con las otras perspectivas sinópticas, lo cual exigirá tener presente en el análisis las diversas coloraciones que un mismo hecho recibe en consonancia con las necesidades a que pretende servir.

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