PS_NyG_1978v025n001p0107_0189
188 ALEJANDRO ROLDAN VILLER dicó el perdón a ambos» 4I°; es decir, a opresores y oprimidos. Esta lección de Francisco sobre la justicia en el mundo de hoy — que no fuera otra, repetimos, sino la que adoptó Jesucristo en su tiempo— . podría ser asimi lada por los demagogos de hoy, que quieren lanzar a la Iglesia a una acción político-social que no le corresponde, y que la involucraría en pro blemas más profundos e insolubles que los que ya tiene. dd) Sencillez y simplicidad frente a la « inautenticidad » y « sofisticación » de la vida religiosa en nuestros tiempos. Finalmente, ante la preocupación del hombre actual — también del religioso— por ser «auténticos», también Francisco tiene algo que decirnos. Su solución al problema sería que «ha blemos» menos de la autenticidad, y que «seamos» nosotros más auténticos religiosos 411 , los cristianos, que «hablen» menos de autenticidad, y sean más auténticamente cristianos. En fin, frente a la «sofisticación» que hoy reina en nuestra vida y en nuestras doctrinas, la solución de Francisco no puede ser otra que la de sencillez y simplicidad evangélica, aún hoy, si bien sea en «tono menor» (sin olvidar la «prudencia de la serpiente» que hoy tanto se necesita). Simplicidad y sencillez, que — en la lección que nos da S. Fran cisco — equivaldría, en unos casos a un cierto «candor», sin necesidad de llegar al que en tantas ocasiones practicó S. Francisco 412; en otros, querría decir «ingenuidad» e «inocencia», sin alcanzar tampoco los extremos a que llegó el santo413; y, en fin, en otros, a «ojos limpios y puros como de ni- S. Pablo, que toca de pasada el problema formal de la esclavitud, no dio un solo paso por suprimirla, sino sólo para cambiar —como acabo de indicar lo hizo Cristo— la actitud interna de los cristianos frente a esa injusta y vergonzosa lacra social. Y escri biendo a Filemón, que tenía un esclavo (el cristiano Onésimo), no le dice que lo libere de la esclavitud, sino que 1c trate como a «carísimo hermano» (Phil. 16). 410. Koser, o . c ., 182: «¿Qué haría Francisco hoy?» —se pregunta Koser— . 411. «Me parece que lo esencial está — nos dice Koser (o. c., 40)— en que nosotros seamos mejores frailes, y esto especialmente en la línea de la minoridad, de la pobreza, de la simplicidad, del espíritu de renuncia, del espíritu de servicio, de la disponibilidad para todo lo que es de la Iglesia y de Cristo; de tal manera, que seamos una imagen viviente de la vida evangélica, como S. Francisco». Es decir, que la respuesta a la preocupación actual de autenticidad, es ser nosotros más auténticos, como lo fue S. Francisco. Y esto, sin quitar un cierto espíritu crítico, que nos ayude a ser más auténticos: «Al tomar conciencia de una situación como ésta —dice Koser— es de suma impor tancia tener un espíritu crítico. Aquí es aplicable lo del perro y el gato. Si le tiran un pedacito de chorizo al perro, se lo traga inmediatamente. Si se lo tiran al gato, primero le pone la patita encima, lo olfatea, y al final .se lo come, o lo deja»: O. c., 74. 412. Aquel candor que le llevó a amar a las avecillas, y a desear pedir un día al Emperador —ya adujimos esta anécdota— que «por amor de Dios, y también por el mío, publicase una ley especial, en cuya virtud nadie pudiese coger, ni matar, ni causar daño alguno a las avecillas que cruzan el aire»; y a pedir en otra ocasión que en el día solemne de Navidad esparciesen por los caminos y vías públicas «gran por ción de trigo y otros granos para las hermanas alondras, y todas las otras avecillas, tengan qué comer en abundancia en día tan solemne»: Espejo de Perfección, 12, C X IV fBAC 695]. 413. Como en el modo de comportarse con el fuego, cuando se quemaban sus vestidos ( Espejo d e. perfección, c. 12, CXV I [BAC 697]; o con unos ladrones que pi
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz