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SAN FRANCISCO DE ASIS. 167 Ante estas fórmulas tipológicas se me ocurren dos brevísimas observacio­ nes. La primera es que el santo, si bien es reformador, dista mucho del tipo de «reformador» que supone Sheldon, y cuyo Somatotipo lo puntúa con un 2-3-5, ó 2-3-6 323. La segunda es que si — como hemos dicho en otra parte— la fórmula del superior o gobernante ideal es un 4-5-3; nuestro santo con su 5-5-3, diríamos que ejemplariza al Superior dominantemente Padre (aun­ que mejor diríamos Madre). II . M ISION DE S. FRANCISCO DE ASIS EN LA IG LES IA A LA LUZ DE LA T IPO LO G IA Y DE LA H ISTO R IA En otra ocasión expusimos la idea de que hay tres posibles misiones de los santos en la Iglesia 324. Hay, en efecto, algunos santos que tienen una misión puramente testifical, como la de muchos mártires, que sabemos dieron su vida en testimonio de su fe, aunque desconocemos su biografía, y aun a veces su mismo nombre (v. gr., la « masa cándida»). Hay otros que, además de la misión testifical, tienen otra temporal, que va dirigida principal o ex­ clusivamente a la época en que vivieron, como pudo ser la redención de cau­ tivos. Y , en fin, hay otros santos, que además de las dos dichas, tienen una misión intemporal, como la de los que llamamos grandes santos, quienes, además de ser «testigos» con su vida de que se puede seguir a Cristo en cualquier época, estado y profesión; y de haber tenido su misión «tempo­ ral» resolviendo alguna necesidad concreta de la Iglesia de su tiempo, tu­ vieron además una misión «intemporal», es decir, dedicada a dar a la Iglesia un mensaje importante, no circunscrito a las coordenadas espacio-temporales en que vivieron, sino valedero para todos los tiempos. A este último grupo pertenece, sin género de duda, S. Francisco de Asís. Veamos, pues, brevemente tanto la misión temporal, como la intemporal del «Pobrecillo» de Asís. Hasta aquí, al hablar de Somatotipo y Psicotipo, y aun, en cierto sentido, del Hagiotipo, hemos atendido preferentemente al factor constitucional; ahora miremos preferentemente la otra coordenada fundamental de todo fenómeno humano: el ambiente, aunque en mutua in­ teracción con aquél. En este segundo apartado, por consiguiente, veremos la misión de S. Francisco en la Iglesia, enfocándolo a la luz de los datos que nos ha aportado la Tipología, aunque sin omitir el importante factor am­ biental o histórico. 323. La Constitución Vhysique de l ’H omm e, París 1950, 153. 324. La m isión de Santa Teresa de Jesús en la Iglesia a la luz de la H agiotipologia. Ensayo de tipología teresiana, en R evista de E spiritualidad 22 (1963) 284 y 285.

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