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122 ALEJANDRO ROLDAN V IL LER dada sobre el juramento de sus m iembros al V isitador, y conviviendo d en tro de una sociedad medieval, que también estaba fundada sobre el juramento de sus m iembros al Señor feudal o al municipio, tuvo de hecho — y sin que tal vez S. Francisco p retendiese las consecuencias— efectos sociopolíticos de consideración, como fueron el m inar el poder feudal, al situar a los terciarios fuera de la jurisdicción laica, en casos de colisión con ella y o tr o s 63. Sin em ­ bargo, no hay que hacer mucho hincapié en si p retend ió , o previo, Francisco estas consecuencias sociopolíticas de su 3.a O rd en , pues su tem peram en to era — como lo no ta bien un au to r— intuitivo, y este rasgo tan valioso in te ­ lectualm ente, puede anotarse sin duda alguna en su «haber» de «creador». Poseía el santo — dice un au to r— un «espíritu de finura», y nada del «espí­ ritu geom étrico». Francisco «ve, siente la verdad — que es belleza— , no la razona. N o analiza las cosas, las co n tem p la... E l piensa, no como especu­ lativo, sino como artista y poeta [ c r e a d o r ] » 64. T odo esto hace que pun tuem os muy alta su «inteligencia práctica», aun­ que no creamos conform e a la verdad, el qu erer do tarle de una inteligencia especulativa, que, a nu estro parecer, no poseía. Basta leer sus escritos — faltos de o rden sistem ático, si se com paran con los de o tro s fundadores— , para saber que la especulación in telectu al no era su fu erte. Lo que sobresale, por ejemplo, en las Reglas es un Evangelio in te rp re tad o de continuo al pie de la letra. Term inem os este tema sobre Francisco y la ciencia, consignando que en n u estro santo se daba además una ciencia n o -a d q u irid aÓS, aunque, en este apartado de nu estro estud io, ésta no nos interesa. Resum iendo lo dicho en este ap artado , podemos decir que la indudable personalidad de S. Francisco, no era precisam ente la « in telectu al»; aunque estuviese do tado de un notable en tend im iento práctico. Francisco no d esp re­ ció la ciencia, aunque no la creyó ú til para los suyos, pues veía en ella un escollo para la pobreza y hum ildad de la O rd en 66. El arma de sus frailes debía ser la sencillez (H erm anos Menores). Francisco no era ni un sabio que oculta su ciencia en el apostolado para d ar así más valor al o rden de la gracia; ni tampoco un inculto por naturaleza e incapacidad. Francisco fue inculto po r falta de formación en su infancia, y sobre todo, po r convicción sobrenatural. 2 ) Personalidad volitiva de S. Francisco Uno de sus biógrafos, con filial entusiasm o nos dice que: « In d u d ab le­ m ente, Francisco de Asís ha sido uno de los hom bres de mayor personalidad, 6 3 . V e r a p u n ta d o b re v e m e n te este tem a en E n g le b e r t , o . c ., 3 1 1 -3 1 4 . 64 . M . L e k e u x , ¿Quién eres Francisco?, San tiago d e C h ile 19 7 4 , 15. 65 . II C e la n o , n . 102 -10 4 [BAC 3 9 9 , 4 0 0 ]; Espejo de Perfección, c. 4 , L U I [BAC 6 3 4 ], 6 6 . E n b le g e r t , o. c., 3 1 7 , 31 8 ss.

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