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100 ALEJANDRO DE VILLALM ON TE H ay que añadir, po r últim o , que «Vanneste no explica algunas verdades q u e son autén ticas 'tesserae fidei’ de este m isterio: la necesidad del bautism o d e los niños y el dogma d e la Inm acu lad a Concepción de M aría» [ 4 0 5 ]. H . Haag encuentra bueno el ensayo de Vanneste, pero piensa que no ha llevado la crítica hasta el final que se propon ía. P o r lo demás, hace a Va estas dos preguntas: a) lo co n stitu tiv o d e la enseñanza sobre el pecado original ¿es la afirmación de la universal pecam inosidad hum ana, o más bien la afir mación de que fuera de C risto no hay salvación?; b) ¿no linda con el fatalism o el decir que el prim er acto de cada hom bre es inev itab lem ente pecam inoso? 1S. El juicio de J. Gross sobre la teoría de Vanneste es desfavorable, en varios p u n to s im po rtan tes. Le achaca, en p rim e r térm ino , que ligue la nece sidad de la gracia al hecho del pecado, ya que tam bién el no-pecador nece sita de la gracia p ara poder conseguir el fin s o b re n a tu ra ll6. Vanneste iden tifica el pecado original con la concupiscencia, fu en te del pecado y su conse cuencia al m ismo tiem po [ 7 1 ] . Y, po r fin, ¿cómo sabe Vanneste que todo hom b re es pecador desde que pone su p rim er acto hum ano? [ 7 3 ] . R. Haubst expone y critica la teoría ( = negación) de Vanneste sobre el pecado originante (-Ursünde)17. Vanneste desmitologizaría en forma radical la doctrina del pecado originante (-Ursünde). Haubst opina que es imposible entender la enseñanza paulina sobre el pecado y la redención si se elimina aquel acontecimiento originario [225]. Por ello, si bien tal eliminación es básica para la teoría de Vanneste, hay que decir que es el punto más flojo de toda la teoría [226]. 15. The Original Sin Discussion, 276 s. 16. Ein neuer Erbsündenbegriff, 69. Ver 68-74. Además de lo que decimos en el texto no admite Gross que a los niños se les considere pecadores y como tales se les bautice, 70. También en su obra, Geschichte des Erbsündendogmas IV, 315-8, comenta Gross la teoría de Vanneste. Este, afirma Gross, confunde la pecaminosidad con el ser pícador-de-hecho. Laudable su crítica a la enseñanza tradicional; pero inaceptable la teoría que él ofrece. M . F lick - Z . A ls z e g h y , señalados los aciertos de Vanneste, manifiestan su perplejidad ante la afirmación de que todo hombre haya de llegar necesariamente a ser pecador, si la gracia no le previene. Habría que indicar que «tiene que haber una razón que sirva de base a la certeza de tal pecaminosidad»: El hombre bajo el signo del pecado. 235 Ver 233-6. 17. Was bleibt von der « Erbsünde»? Zur aktuellen Diskussion um « Ursünde» und «allgemeine Sündigkeit» bzw. « Mitsündigkeit», 214-31. Por lo demás Vanneste no nega ría la universalidad del pecado, pero sería más convincente su argumentación si la fun dase en un primer pecado originario, 228. La crítica de Haubst se hace desde una postura francamente conservadora respecto de la teología del pecado original.
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