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EL PECADO ORIGINAL. 93 significación teológica de la « falta» concreta con tra el p rin cip io del am or» [ 2 8 2 ], El tema del pecado original está complicado con todo el sistema de la dog­ mática católica. Por ello, al final de su largo estudio Baumann dice que no quie­ re hablar de una «solución» a tan enorme problemática, sino de un programa de trabajo, y de un horizonte en el que debería desarrollarse cualquier futura discu­ sión al respecto [285 s.]. C om entando el lib ro d e B aum ann, E. Schrofner señala que la clave del m ismo está en los p rincipios herm enéuticos con qu e son leídos los textos d e la E scritu ra , T radición , M agisterio. R especto a la teoría personal de Bau­ m ann, Schrofner p ropone esta p regun ta: ¿es posible en tend er co rrectam en te la un iversal caída del hom bre en pecado sin hab lar d e u n principio «em pí­ rico»? ¿N o tiene el «principio» más im po rtancia que la que el a. le con­ cede? 7. J. Gross se m uestra de acuerdo con Baumann cuando éste elim ina toda la teología de A dán y la enseñanza tradicional sobre el m ismo pecado origi­ nal. Pero la despedida de este dogma implica despedirse también del dogma de la infalibilidad del magisterio eclesiástico 8. Sobre el in te n to d e reducir el pecado original a la dim ensión radical existencial de todo pecado — siguien­ do a los p ro testan te s— m erece un rep ro che de p a rte de Gross, reproche que juzgamos muy p e rtin e n te . « Como los mencionados teólogos evangélicos tam­ bién el autor está tan fascinado por el pecado que parece no puede ver otra cosa en el hombre » [ 3 7 2 ] (subrayam os). Ai. Flick-Z. Alszeghy p resen tan al ensayo de Baum ann u n a serie de re­ paros en los cuales no podem os d e te n e rn o s 9. Nuestro juicio personal sobre la obra de Baumann lo condensamos en estas afirmaciones que, además, servirán de orientación al lector en medio de la multitud de cuestiones que hemos ido exponiendo: 7. Theologie der Erbsünde mit und obtie Fragezeichen, 208. Ver 205-9. 8 . Abscbied von der Erbsünde, 372. Ver 369-73. En su obra, Geschichte des Erbsün- dendogmas, IV , 325 ss., expone de nuevo la teoría de U. Baumann y la considera como un definitivo adiós al pecado original, 327. Por lo demás, también subraya el hecho de que Baumann ha adoptado la doctrina protestante de la «existencial dimensión profunda » del pecado, e. d., la idea del pecado como « torcida actitud fundamental de la existencia ante Dios». De donde nace la totalidad-radicalidad-universalidad del ser-pecador, 326. 9. El hombre bajo el signo del pecado, 25-6. Le reprochan el no explicitar más los principios exegéticos en que basa su interpretación de los textos bíblicos. Igualmente no justifica B. por qué desatiende tan radicalmente la autoridad de los decretos de Trento. B., por lo demás, no atendería convenientemente a la analogía o contexto de otras ver­ dades reveladas, cuando expone su teoría sobre el pecado original, negando su existencia,

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