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E L PECADO OR IG INAL. 8 1 diga que María Santísima fue redimida, no quiere decir que, algún instante antes, fuese pecadora. Similarmente, aunque se diga que los niños son inocentes y limpios de todo pecado al nacer, no quiere afirmarse que no estén radicalmente necesitados de la gracia redentora de Cristo. Vamos a verlo en seguida. 3. El pecado original y la universal redención de Cristo A m edida q u e avanzaba n u estra investigación notábam os que se iba h a­ ciendo clam or unánim e el deseo d e sacar la problem ática d el pecado original de su vieja-tradicional perspectiva adánica y hamartiocéntrica p ara devolverla su originaria perspectiva cristológica y caritológica. M encionamos algunos es­ tudios más monográficos al respecto, especialm ente in teresan tes a la altu ra a la que ha llegado n u estra investigación. A . Turrado dedicó, en 1973, un estud io a las teo rías m odernas en torno al «pecado del m undo» y la teología d e la redención 12. E l evolucionismo, la nueva h erm enéu tica de textos bíblicos y del magis­ terio y el personalism o de la teología contem poránea han provocado la crí­ tica radical y el p rogresivo abandono de la enseñanza trad icional, im pulsando a buscar nuevas soluciones al p rob lem a del pecado original. E n tre las nuevas p ropu estas A . Turrado encu en tra como la más convincente la d e Baumann, que luego exam inaremos, ya que, a d iferen cia de o tro s, busca el origen del pecado no en algo ex trínseco al hom b re, algo em pírico, sino en el hom b re m ismo y en la dim ensión pro fund a d e su persona. E l pecado original consis­ tiría en el egoísmo radical del hom b re qu e se opone a la en trega a D ios y al prójim o, en la falta d e amor. Las explicaciones tradicionales sobre el pecado original y la redención se m ueven en cauces muy estrechos a la ho ra d e explicar la relación e n tre el b inom io pecado-redención. E s necesario am pliarlos en ambas direcciones. La persona hum an a, observa Turrado, se con stituye, a n iv el óntico-exis- tencial, p o r u n a trip le respectividad: hacia sí m ismo (au tó cton a, ego cén trica)- hacia D ios (-dirección v ertical) y hacia el o tro , dirección horizon tal. Cuando el egoísmo desm esurado, irrazonable, se niega a ab rirse hacia D ios tenem os el pecado en sentido prop io , religioso-teológico. P ero los hom bres q u e no conocen a D ios no pu eden com eter «pecado» en este sen tido teológico. P u e­ d en com eter injusticias, desam or, opresión en relación a los dem ás. E n to d o caso, el egoísmo radical n o pu ed e m enos de significar u n in te n to d e autodes- trucción, u n im ped im ento radical p ara la p rop ia realización y plenificación como hom b re. P ecar, en ú ltim a instancia, es la negativa a realizarse a sí m ismo en cualquiera de las dim ensiones existenciales indicadas. 12. Las teorías modernas en torno al «pecado del mundo» y la teología de la re­ dención, 337-61. 6

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