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EL PECADO ORIGINAL. 67 trasm ite a todos, se contagia p o r la generación n atu ra l, con la carga de con­ cupiscencia pecam inosa que le es inh eren te. Se con trapone esta generación co rru p to ra, a concepción virginal de C risto que, p o r ser tal, estuvo lim pio de pecado. La contraposición generación pecadora-regeneración santa ocurre con frecuencia, como era de esperar [2 7 9 -9 2 ]. E n este contexto es estudiada la célebre fórm ula del bautismo « in remis- sionem peccatorum ». P arece que antes del año 200 su em pleo no hacía refe­ rencia al pecado original. P o sterio rm en te, al usarla p ara el bautism o de los adultos incluía la rem isión de cualquier pecado, personal y original. D esde A gu stín y concilio de C artago la fórm ula del bau tism o in fan til, «in remis- sionem peccatorum », era referida exclusivam ente al p erdón del pecado o ri­ ginal. D e todas form as, observa Lukken, las expresiones litúrgicas sobre la creencia en el pecado original co n tra sta po r su sobriedad, con la abundancia con que el tema fue tratado por los P ad res. N o bastaría decir que el tem a es dem asiado ab stracto y académico para ser « tratad o » p o r la L iturgia. H a ­ b ría que recu rrir al hecho d e que la L iturgia expresa las creencias de los fieles en un lenguaje simbólico ; en el cual tiene más relieve la imaginación y afectividad que la lógica [2 9 5 s .]. P o r eso, la L iturgia acude a otro s motivos p ara expresar el hecho del em pecatam iento del hom bre po r efecto del p rim er pecado: éste p on e en ­ ferm a y herida a la hum an id ad (infirm itas-vulneratio). Om itien d o el análisis docum ental de estas fórm ulas, recogemos la conclusión del au to r: «la im a­ gen de la hum an id ad enferm a y herida ocurre con frecuencia en la L iturgia. Con ella, además de expresar la creencia en el pecado original, como tal, indica la desarm onía inh eren te al hom b re en tero como consecuencia del pe­ cado original. E sta desarm onía la describen, ya más concretam ente, los tex to s litúrgicos como una ceguera in te rio r para con D ios y su verdad etern a y como la in te rio r y esp iritual incapacidad p ara ejercer el dom inio sobre su en tera persona y, en consecuencia, para im pregnar al cuerpo de la fuerza del esp íritu en referencia a D ios» [ 3 5 1 ]. 5. El pecado original en perspectiva cristológica. A unque estudiado este tem a al final de la obra, en realidad es prim ord ial en tod a la reflexión sobre el pecado original en los docum entos litúrgicos aquí estudiados: ni en sus rito s ni en sus p alab ras, nunca contem pla la L iturg ia el pecado original sino es en la perspectiva de la redención de C risto. Esta perspectiva cristológico-soteriológica está expresada en dos fórmu­ las fundamentales: a) E n la fórm ula vetus-vetustas ( = viejo-vejez), el b autism o es presen­ tado como u n paso d e la vida (-situación «vieja») de vejez, a la vida nueva en C risto. «E l pecado original y sus consecuencias (pecado de A dán, p ér­ did a del estado originario e integ rid ad originaria, m u erte física-espiritual y escatológica, dom inio de satán, enferm edad y herid a de la naturaleza, pecado

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