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E L PECADO ORIGINAL. 5 9 daria es, sin duda, algo que se rebela de continuo contra Dios. En este sen tido sería pecaminosa: viene del pecado e inclina al pecado, pero también es vencible. Como ya sabemos por otros estudios, hay entre protestantes y Trento diversidad de perspectiva y de lenguaje que hizo imposible la inte ligencia. Desde la actual perspectiva lograda por ambas confesiones no sería difícil llegar a posturas menos divergentes. Respecto a la historicidad de Adán y al monogenismo, parece seguro que los padres de Trento no tenían dudas. Pero, si hoy prescindimos de estos datos por exigencias de la ciencia, el mensaje teológico de Trento no se pone en peligro. Precisamente, insiste Va., «una de las intenciones primordiales de esta obra es mostrar que hoy día es posible formular la doctrina del pecado original en forma coherente sin recurrir a la hipótesis de un Adán histórico cuyo pecado nos habría manchado a todos» [ 1 12 ]. Urs Baumann (a. 1970) Para captar el contenido teológico de los decretos de Trento hay que tener a la vista, dice B, algunos presupuestos en los que están encuadrados el texto: 1 . La intención del Concilio es combatir los errores de los protestantes, no esclarecer o dirimir cuestiones al interior del catolicismo. 2 . Al igual que la Confessio Augustana, Trento tiene en perspectiva el gran tema de la justificación. La enseñanza del pecado original no está aisla da. Así se comprende la insistencia en decir que la concupiscencia, formal mente hablando, no tiene razón de pecado en los renacidos. 3. En su problemática, en su terminología, en el modo de exponer el tema tiene el concilio poco que ver con la escolástica. Describe el hecho del pecado y su remisión en términos usuales, tomados del lenguaje eclesiástico- patrístico tradicional. 4. Trento se ciñe a lo sustantivo e importante. Es ajeno a cualquier cues tión disputada entre católicos. 5. Téngase muy a la vista el entorno cultural-histórico en que fue ela borado el decreto, tan distinto de el del siglo xx23. El canon 5 merece reflexión más detenida (DS 1515). Se revela aquí el distinto concepto de pecado y de concupiscencia, basado en dos psicologías completamente distintas. Según la teología católica de los actos pecaminosos del hombre se deduce la ruptura de su relación con Dios. También tiene con cepto «actualista» del bautismo, de la fe y del pecado originario (-Ursünde). Por ello, es imposible que Dios no perdone del todo también el pecado ori ginario, el de Adán. 23. U . Baumann, Erbsiitide?, 59-87.
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