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E L PECADO OR IG INAL. 45 c) ]. Salguero y M. García Cordero se mantienen en una interpretación tradicional sobre la presencia del pecado original en Rm 5, 12-21. Esta opinión va quedando en franca minoría. Se puede dar como opinión mucho más común, en estos años setenta, la que niega la idea del pecado original en el N.T. y en toda la Biblia. 3. Nosotros pensamos que la enseñanza sobre el pecado original hay que declararla como no bíblica en forma taxativa. Schelkle, Lengsfeld y otros teó- logos consideran que en Rm 5, 12-21, cuando afirma el dominio del Pecado- Potencia sobre la humanidad, poniéndola en situación /wpersonal de pecado, habría que ver allí una preparación para la posterior enseñanza eclesiástica al respecto. No lo creemos así. Cuando Rom 5, 12-21 afirma el dominio del Po der-Pecado en el mundo no dice más que Juan cuando habla de que todo el mundo está bajo el poder de las tinieblas, antes de la llegada de Cristo-Luz. También las cartas deuteropaulinas hablan del traslado del reino de las tinieblas al reino de la luz. (v. gr., Col 1 , 13). La misma idea se expresa en los textos del N.T. que hablan del dominio de satanás en el mundo antes de llegar Cristo, sea en Marcos, en Juan o en Pablo mismo. Estar bajo el poder del demonio, de la muerte, de las tinieblas, del pecado de que habla Rm 5, 12-21 son expresiones descriptivas de la situación histórico-salvífica en que se encuentra el hombre a quien Cristo no ha llegado todavía. Pero nada dicen, en ninguno de los casos, sobre el pecado original: aquél con que todos nacemos heredado de nuestros primeros padres, según dicen los catecismos tradicionales. Es cierto que el hombre, al llegar a este mundo, se encuentra acosado, cercado por estos poderes de perdición; pero es más cierto que la Gracia es el poder primordial, originario, prevalente y predominante. En virtud de la voluntad salvífica universal y del destino de vida eterna que todos tienen, la Gracia posee y tiene como suyo a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1, 9; Rm 8 , 35 ss.; Ef 1 , 2-16), hasta que, por libre decisión personal, no rechace él la Gracia de Dios que le acogió en Cristo Jesús. III E s t u d i o s s o b r e e l « p e c a d o o r i g i n a l » e n l a h i s t o r i a D O C T R I N A L D E L A I G L E S I A Nos referimos aquí a la tradicional doctrina de la Iglesia respecto al pecado original bajo varios aspectos: doctrina de los padres, de los teólogos, del magisterio; la praxis litúrgica. No parece necesario demorarnos en his toriar este aspecto de la teología del pecado original. Pero tampoco lo omi timos del todo, ya que tiene interés para lograr una visión panorámica del conjunto de problemas que se estudian por estos años en torno a este tema.
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