PS_NyG_1978v025n001p0003_0106
EL PECADO ORIGINAL. 41 versal del pecado de Adán sería ciertamente contraria al pensamiento de San Pa blo» [133 s.]. «La expresión porque lodos pecaron contiene la enseñanza del pecado original» [136], Expone la opinión de Lyonnet y otros modernos, y la de los padres griegos. Pero piensa que «la mayoría de los amores modernos sigue la interpretación tradicional que ven en el 'todos pecaron’ (Rm 5, 12), designado el pecado original cometido por Adán»30. También M. García Cordero insiste en la interpretación tradicional de Km 5, 12-21: Pablo es «el gran doctor del pecado original», dice, citando a Dubarle 31. Así, en referencia a la exégesis del «ef’ó = in quo = en quien», se muestra disconforme en ver allí la influencia de los pecados personales, propuesta por Lyonnet, siguiendo a los padres griegos. Como sabemos estos entienden el «pc- cado-hamartía», «no como un acto pecaminoso de Adán sino como una fuerza maligna que hizo irrupción en la historia, que luego impulsa a cada uno a pecar. El pecado de Adán ha de ser ratificado por cada individuo. Pero esta interpre tación es difícil compaginarla con el v. 19: todos son constituidos pecadores por la desobediencia de Adán»; y esto parece tener un efecto automático, por perte necer a la descendencia de Adán [532], «En esta consideración —cita a Mei- nertz— los pecados personales quedan completamente a un lado. Así como el génerohumano, antes del pecado actual de cada individuo, contrajo una culpa objetiva, así también la redención objetiva se llevó a cabo por la acción exclusiva del segundo Adán» [534]. El recurso a la personalidad corporativa y, sobre todo, a la ¡dea de la soli daridad es la que hace posible el que los descendientes puedan haber pecado, en cierto modo, en el primer padre32. En dirección diversa parece dirigirse K. Kertelge, quien no encuentra el pecado original en Km 5, 12. Cierto, al comienzo el v. 12a-c parece decir que por el pecado de Adán entró el pecado en el mundo. «Ahora bien, es curioso que, al final del v. 12, Pablo subraya fuertemente la idea de que el pecado de Adán representa el pecado de todos los hombres. En efecto, la frase «por cuanto todos pecaron...» no encaja con lo que antecede, pues sub raya precisamente que tantas desgracias (muerte) no proceden en exclusiva del pecado de Adán, sino del hecho de que todos pecaron. La idea del pecado 30. O. c., 130. «En Rm 5, 12-21 es donde más claramente sehaexpresadosan Pa blosobre la universalidad del pecado y sobre su íntima conexión con el pecado de Adán en el paraíso. La muerte y estado de pecado en que nacen todos los hombres tienen su origen en el pecado de Adán», 156. Nos parece que estas afirmaciones son fruto de una exégesispoco exigente y poco crítica, demasiado influida por pre-juicios dogmáticos. 31. Teología de la Biblia. II: Nuevo Testamento, 521-37. 32. O. c., 532; cf. 534, 537. Debido al nivel e intención de vulgarización en que se desarrolla la obra de Af. García Cordero el estudio de Rm 5, 12-21 y su referencia al «pecado original» nos parece poco crítico y demasiado preocupado por mantener lo tradicional, en atención a lectores no-teólogos .
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz