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5 1 8 BERNARDINO DE ARMELLADA de la A n t r o p o lo g ía d e l m a tr im o n io , descubriendo razones biológicas y psico­ lógicas de la tendencia humana hacia la monogamia a través de los pasos inciertos de la historia. Después de una prolija introducción dedicada a los conceptos básicos (antropología y matrimonio), planteamiento y metodología, pasó a consideraciones sobre antropología social del matrimonio; antropolo­ gía biológica, psicológica y psicoanalítica del mismo; terminando con el apar­ tado de antropología crítica: reflexión antropológica sobre el matrimonio. Un tanto abrumado por la cantidad de datos recogidos, el ponente no logró la deseable síntesis que presupone un cierto ajuste entre lo que se quiere decir y el tiempo disponible. Y los apuntes finales del esquema (tan interesantes como las tendencias del matrimonio actual en nuestra cultura: relación afec­ tiva y paternidad responsable; crisis actual del matrimonio y de la familia en la civilización tecnológica: cibernatización, manipulación y alienación..., de las relaciones humanas, conyugales y familiares: crisis del humanismo y destructividad del hombre; la alternativa de la «socialización humanista» como utopía: autorrealización y liberación en el otro sexual mediante el amor: complementariedad y creatividad; el matrimonio y su proyección so­ cial; la utopía de la gran «familia humana») se quedaron prácticamente sin tratamiento. Facundo G arre , doctor en Medicina y especialista en psicoterapia de la pareja, con la ponencia « A s p e c t o s p s ic o ló g ic o s d e la in te r a c c ió n d e lo s c ó n y u g e s », aportó sus experiencias de médico para enriquecer el panorama de la compleja relación entre hombre y mujer y evitar la tentación de sim­ plificaciones precipitadas. Cada matrimonio tendría una personalidad tan di­ ferenciada, que encontraría pronto incluso un lenguaje particular, consecuen­ cia y mediación al mismo tiempo de su propio proceso vital. Como realiza­ ción entre hombres, el matrimonio se integra en la peregrinación humana en pos del objeto ideal. La confluencia de dos vidas lleva consigo una interac­ ción espiritual en que sólo la victoria de las gratificaciones sobre las frus­ traciones hace viable la integración progresiva y la persistencia de un amor cada vez más maduro. La proverbial ceguera del amor sólo sería positiva a nivel de una idealización inicial, cuya verificación limitada habrá de irse acep­ tando con humildad e inteligencia para que no aparezca como frustración destructora del amor. ( ¡La observación de que las relaciones sexuales prema­ trimoniales ocultan como un velo los rasgos conflictivos que deberían sope­ sarse precisamente en el noviazgo, necesitaría mayor resonancia en el am­ biente juvenil!). El matrimonio irá construyendo sus propios mecanismos de defensa según el resultado de la verificación de las idealizaciones, de modo que la flexibilidad de cada uno y la capacidad de comprender y compensar al otro cónyuge serán factores decisivos de la integración y de la madurez personal cada vez más densa y fuerte. Para conseguir esto se requiere una ascesis constante. Puede ser la tentación de adoptar una actitud ofendida por

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