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PENSAMIENTO Y VIDA EN EL. 5 1 1 cialmente reflejada en las Crónicas de la época. F austa C asolini comenta dos de ellas, femeninas ambas, de contenido maternal según la autora: la de santa Margarita de Cortona y la de la Beata Angela de Foligno. Otra senda viable para penetrar en la historia de la Tercera Orden ha abierto S. G ieben , A p p u n ti p e r l ’ic o n o g r a fia d e i sa n ti e b e a ti d e ll’ O r d in e d ella P e n ite n z a . Apuntes llama el autor a su estudio. Bien por la humildad del título. Mejor por ser este estudio una lámpara encendida en senda abierta. 4) Las relaciones, unas veces amigables, otras tensas, de la Orden Ter cera con otras entidades eclesiásticas son expuestas en diversos estudios. El siglo xiv fue de grandes conmociones dentro de la Orden Franciscana. Afec tó ello también a la Orden Tercera. M ariano de A latri , C o n tr a s ti tra P e n ite n ti fr a n c es c a n i e d a u to r ità ecles iá s tica n e l T r e c e n t o , describe con objeti vidad dichas tensiones, tanto respecto del clero como del Papado, sobre todo en la época crítica de Juan XXII, poco benévolo hacia la orden por los múltiples motivos que la historia ha recogido y comentado. 5) Las relaciones de la Orden Tercera con otros movimientos populares de la época, como los Begardos v Beguinas, los Espirituales y Fraticelos, ro zan un tema delicado y espinoso. Dan una visión del mismo los estudios de B enjamín de T roeyer , P ierre P eano y C lément S chmitt . Es de notar que, pese a condividir la Orden Tercera el sentido de secularización de estos movimientos, nunca se dejó seducir por sus excesos que culminaron, a veces, en rebeldía contra la Iglesia y en ocasiones llegaron al borde de la herejía. La fidelidad a su mensaje franciscano por parte de la Orden Tercera es algo muy de admirar y de imitar. En la conclusión de la obra A. B auchez , vuelve sobre la provisionalidad de estos estudios ante el inmenso campo que se abre a los historiadores. Re coge, con todo, una nota histórica de la Orden Tercera que queremos sub rayar. Nos referimos a su vinculación a la ciudad, a la urbe. Es decir, que la Orden Tercera ha estado vigente donde nace la burguesía con toda su complicada trama. Ha acompañado al mundo burgués desde sus orígenes en los gremios de las grandes ciudades comerciales hasta nuestros días, para denunciar perennemente su mal espíritu de apego a lo de aquí, sobre todo al dinero, y para ser igualmente testigo de un más allá hacia el que camina mos como peregrinos. Este es igualmente el sentido de su acción frente al mal físico de la enfermedad y de la miseria y frente al mal moral del pecado y de la abyección. 8 . Nos es muy grato presentar ahora el mejor libro de esta esplendente galería. Y el que más de influir en la futura vida del franciscanismo. El M o v im ie n t o fr a n c is c a n o , radicado en Asís brinda a franciscanos, francisca- nistas y franciscanófilos, esta colección incomparable a la que titula P o n ti
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