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EL SACERDOCIO EN LOS DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO 471 4. P ío X I I : A c c ió n s a c e r d o ta l d e C r is to e n lo s s a c e r d o te s y e n lo s m ie m b r o s d e su C u e r p o m ís tic o , in s tr u m e n to s d e A q u é l Pío XII en su encíclica M y s tic i C o r p o r is del 29 de junio de 1943, ha­ blando de la «unión por la que nos juntamos entre nosotros y con nuestra divina Cabeza» enseña que en el sacrificio eucarístico «los ministros sagra­ dos hacen las veces no sólo de nuestro Salvador, sino también de su Cuerpo místico y de cada uno de sus fieles», con lo que delinea claramente la rela­ ción entre el sacerdocio de Cristo, el sacerdocio ministerial y el de los fieles. «Los mismos fieles reunidos en comunes deseos y oraciones ofrecen al Eterno Padre por manos del sacerdote el Cordero sin mancilla, hecho presente en el altar a la sola voz del sacerdote, como hostia agradabilísima de alabanza y propiciación por las necesidades de la Iglesia». La razón de esta subordinación está en que «así como el divino Redentor al morir en la cruz, se ofreció a sí mismo al Eterno Padre como Cabeza de todo el gé­ nero humano, así también en e s ta o b la c ió n p u ra (Mal 1, 11) no sólo se ofrece al Padre Celestial como Cabeza de la Iglesa, sino que ofrece en sí mismo a todos sus miembros místicos, ya que a todos ellos, aun los más débiles y enfermos, los incluye amorosísimamente en su corazón» ( A A S 1943, 232-3). Por tanto, el sacerdote ofrece a Cristo, y como éste se ofrece con todos sus miembros, el sacerdote ofrece así a todos los miembros del Cuerpo místico. Enseña también Pío XII en esta encíclica que Pastores y fieles coope­ ran activamente con Jesucristo que «quiere ser ayudado por los miembros de su Cuerpo místico en la realización de su obra redentora» ( A A S 1943, 213)... «Pues mientras que al morir en la cruz concedió a su Iglesia el in­ menso tesoro de la redención, sin que ella pusiese nada de su parte, cuando se trata de la distribución de este tesoro... quiere que de alguna manera provenga de ella misma. Misterio verdaderamente tremendo... el que la sal­ vación de muchos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del Cuerpo místico... y de la cooperación de Pastores y fieles (singularmente de los padres y madres de familia) ofrecida a nuestro divino Salvador» ( A A S 1943, 213). Con ello tocaba Pío XII el fundamento y las consecuencias de la cooperación del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial con el sacerdocio de Jesucristo. Buenos Aires 1970; H. Kung, Sacerdotes, ¿para qu é?, trad. A. E. Lator Ros, Barcelona 1973; Id., La Iglesia, trad. D. Ruiz Bueno, Barcelona 1970. Son éstas las obras que han provocado la gran crisis sobre el concepto de sacerdocio ministerial en el campo católico, aproximándolo al ministerio pastoral de las iglesias protestantes, a las que ha respondido el magisterio jerárquico de la Iglesia en los últimos años.

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