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EL SACERDOCIO EN LOS DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO 4 6 9 satisfacciones a las que Cristo tributó a Dios en nombre de todos los peca­ dores» ( AAS 1928, 170). Pues bien, para ello Cristo nos dejó un medio sa­ cramental para que los fieles inserten estos sacrificios propios en el de C ris­ to: «Toda la virtud de la expiación depende exclusivamente del sacrificio cruento de Cristo, que sin interrupción se renueva de modo incruento en nuestros altares... por lo cual a este augustísimo sacrificio eucarístico debe unirse la inmolación de los ministros y de los fieles, para que también ellos se hagan hostias vivas, santas, agradables a Dios (Rom 12, 1)» ( AAS 1928, 170-1). Pío X I explica a continuación el contenido completo de la inmolación que hemos de ofrecer, comprendiendo en ella no sólo el que «crucifiquemos nuestra carne con sus vicios y concupiscencias (v. Gal 5, 24), huyendo de la corrupción de la concupiscencia que hay en el mundo (2 Pe 1, 4)», sino también el que «se manifieste en nuestros cuerpos la vida de Jesús (2 Cor 4. 10)» y ofrezcamos « dones y sacrificios por los pecados (Heb 5, 1), he­ chos partícipes de su sacerdocio» ( AAS 1928. 171). Notemos la importancia de esta última frase, «hechos partícipes de su sacerdocio». Efectivamente, Pío X I habla de manera expresa del sacerdocio de los fieles, afirma que «de este misterioso sacerdocio y del oficio de sa­ tisfacer no sólo participan aquellos de quienes nuestro pontífice Cristo Je­ sús se sirve como ministros para ofrecer a la D ivinidad la ofrenda pura en todas partes... (Mal 1, 11), sino que también todos los cristianos llamados con razón por el príncipe de los Apóstoles linaje escogido, real sacerdocio (1 Pe 2, 9), deben ofrecer sacrificios por los pecados, tanto por los propios de cada uno. como por los de todo el género humano (v. Heb 5, 2)» ( AAS ] 928, 171-2). La doctrina sobre el sacerdocio de los fieles está, pues, en Pío X I fun­ damentalmente delineada: los fieles ejercen su «sacerdocio» en virtud de la expiación de Cristo, ofreciendo en el sacrificio eucarístico sus propios sacri­ ficios y mortificaciones por los pecados propios de ellos y por los de todo el mundo. No está completa en Pío X I toda esta doctrina; pero notemos que Pío X I escribe esta encíclica sobre la «reparación». La doctrina se com­ pletará después en la encíclica Mediator Dei de Pío X I I y en la constitu­ ción Lumen gentium del Vaticano I I . 3. Pío X I : El sacerdote " otro Cristo” , por el que actúa la persona de Cristo. Su acción principal es ofrecer el sacrificio del Cuerpo de Cristo Pío X I en la encíclica Ad catholici sacerdotii de 20 de diciembre de 1935 nos legó también enseñanzas considerables sobre el sacerdocio ministerial. Comienza observando que los sacerdotes han sido siempre y para toda la humanidad «hombres a los que se les ha encomendado oficialmente la mi

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