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EL PECADO ORIGINAL. 463 La acentuación «condicionalista» se refiere a la propensión a considerar el pecado original como algo perteneciente a la condición humana. Esta, en la visión de Teilhard y de su comentarista Schmitz-Moormann, viene determi­ nada existencialmente por su estado de evolución, en devenir, in fieri. Y a la condición óntica de un espíritu en devenir pertenece el que inevitable­ mente tendrá fallos, resistencias al progreso, pecados. También la teoría de P. Lengsfeld sobre la »historicidad disociada» entraría en esta clasificación, ya que, de hecho, condición existencial óntica y condición histórica disociada, condición pecadora del hombre coinciden fundamentalmente. La acentuación «actualista» fija su atención en el hecho de que el pecado entra en el mundo por libre decisión de la voluntad humana, por un acto del hombre. En esta dirección marcharía la teoría de Rondel, cuando habla de la pecaminosidad universal de todos los hombres: el pecado original es el conjunto de los pecados actuales personales, de todos los hombres. Según A. Vatineste el hombre sería pecador por los pecados personales que virtual­ mente comete y que cometerá formalmente si la gracia no le previene. G. Sieiverth recurre a la aceptación personal preconsciente de una existencia sin gracia para explicar el pecado original y luego los personales. La «vía media» estaría representada por la teoría del «pecado del mun­ do » expuesta por P. Schoonenberg. La nota distintiva de este tipo de expli­ cación es la identificación del pecado original con una «situación de perdi­ ción» que, por una parte, es una realidad objetiva, anterior a la opción del individuo, con un influjo sobre ella (tal es la verdad de la tendencia «con­ dicionalista»), mientras que, por otra parte, depende del pecado del mundo» (tal es la verdad de la tendencia «actualista» [ 24 3 ] . Flick-Alszeghy se trazan una vía sintética: E l pecado original aparece en el mundo por decisión humana dentro de un proceso evolutivo. En sí mismo el «pecado original» comporta un elemento óntico y un elemento personal, dentro del cual hay que tener en cuenta la dimensión vertical, pero también la dirección horizontal y comunitaria. En la maraña de opiniones y contra-opiniones U. Baumann propone estos cuatro modelos de explicación: histórico-empírico, evolucionista-empírico, sociológico-empírico y el existencial trans-empírico69. El modelo histórico empírico hace derivar el « pecado original» de un hecho y caída histórica perpetrada por un hombre histórico al principio de la historia: es la explicación católica tradicional. Si bien ya va siendo aban­ donada por los teólogos de los últimos años. El modelo evolucionista hace depender la pecaminosidad humana de la incompletez creatural del hombre en estado de evolución, de devenir. En 69. U. Baumann, Erbsiinde? Ihr tradítíonelles Verstándnís in der Krise heutiger Theologie, 181-93.

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