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EL PECADO ORIGINAL. 389 psicoanálisis, S. Freud y C. G. Jung hicieron objeto de sus investigaciones las afirmaciones cristianas sobre el estado de inocencia originaria, sobre la primordial caída y sobre el sentimiento radical de culpabilidad en que vive el hombre histórico. Los análisis de datos aportados por el psicoanálisis plantean a los teólogos una temible pregunta: la creencia cristiana en aque llas verdades ¿responde a una revelación venida del cielo o es más bien fruto de la proyección de vivencias humanas perfectamente analizables y explicables a la luz de la razón? La historia comparada de las religiones nos ofrece testimonios de una muy extendida convicción acerca de la existencia de un originario paraíso perdido, de un « pecado antecedente » de la humanidad, que habría determi nado, desfavorablemente, su destino por los siglos y que sería el origen del sentimiento de culpabilidad radical que parece invadir a la humanidad. Y de nuevo una pregunta similar a la que hacían los psicólogos: la creencia en el pecado original ¿es una verdad venida del cielo o pudiera ser — en todo o en parte— una creación del espíritu humano que busca y se da así mismo una respuesta sobre el origen del mal en la historia y en el mundo? Juzgamos de mucha importancia para las discusiones de estos años y de los siguientes los trabajos emprendidos por P. Ricoeur para ofrecer una interpretación nueva del mito de Adán y, por consiguiente, de los textos bíblicos y de toda la enseñanza tradicional cristiana referentes al pecado original. Para P. Ricoeur el defecto de la teología tradicional, en el caso, ha consistido en haber conceptualizado, racionalizado y cargado de realismo exor bitante la narración bíblica. Ahora se deberá desandar el camino en direc ción inversa, llegar al mito formulado en su originaria puridad y reinter- pretarlo de nuevo. Ricoeur realiza simultáneamente una tarea de exegeta, filósofo, teólogo y mitólogo que habrá de tenerse en cuenta para el futuro de la discusión. 3. El dogma del pecado original en la teología protestante contemporánea Es una nueva vertiente de la teología del pecado original tal como se estudia por estos años. En este, como en otros aspectos, el contacto entre católicos y protestantes ya no es meramente polémico. Está en marcha un diálogo irénico, constructivo, impregnado de espíritu ecuménico. Los aspectos de la teología protestante moderna que más influyen en los católicos son estos: los teólogos protestantes, en su gran mayoría, han su perado ya la «teología de Adán». No cuentan con la historicidad de Adán, ni con su estado de inocencia, ni con su pecado originante. Y ello debido al estado más crítico y desarrollado de su exégesis bíblica. Este hecho no podía menos de hacer pensar a los exegetas y teólogos católicos. Por otra parte, los protestantes se muestran más sensibles a las dificultades de la ciencia
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