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4 4 4 ALEJANDRO DE VILLALMONTE vilegio» se referiría al sentido diferente que, en perspectiva teológica, ten dría la muerte, si el hombre no hubiera pecado [ Rpo 114]. Por fin, toda la problemática del pecado originante hay que contemplarla en una decida visión cristocéntrtica de la historia de la salvación [Rpo 117- 122] . En un escrito posterior Gr trata el tema del pecailo original en san Pablo 50. El punto de partida es el hecho de la intensa pecamínosidad humana tal como se describe al comienzo de la carta a los romanos. En los cap. 1, 18-4. 25 se hace una descripción y análisis, casi experimental, del pecado de la humanidad, el pecado que enseñorea al mundo: su universalidad, su densi dad, sus raíces más profundas, la degradación moral-religiosa, el estado de muerte en que ha situado a la humanidad. Sólo la gracia de Dios por Jesu cristo puede salvar al hombre. Es la figura del pecado del mundo, tan inse parable de la teología del pecado original en estos años [ POR , 57-79]. Rm 7 debería tener más importancia en la cuestión del pecado original, según piensa G r 31. Aquí el pecado que domina al mundo aparece interiori zado en la conciencia individual de Pablo-humanidad. E l pecado del mundo provoca esa tragedia que desgarra al hombre desde el interior, batido por fuerzas antagónicas: carne-espíritu, deseo-ley, provocando la esclavización bajo el dominio del tirano-«Muerte-Pecado». La libertad humana está redu cida a la impotencia de un «siervo albedrío». Esclavitud que tiene una hon dura auténticamente óntica: «antes de toda decisión moral antes del des pertar mismo de la conciencia, un Mal antecedente que guarda la oportuni dad de las decisiones libres para manifestarse, habita ya en el hombre» [PO R 108]. Es el Mal-ya-ahi, de que nos hablan ciertos analistas del fenómeno del pecado [PO R 108, 111 ] , «Ruptura con Dios, esclavitud bajo el Pecado y la Muerte: tal es el doble aspecto de lo que, después de san Agustín, la teología llama «pecado original» [PO R 111 ] . En Rm 5, 12-21 es claro que Pablo pone en relación con Adán esta situa ción-pecado del hombre. Por la trasgresión de Adán «el Pecado» obtiene su primera victoria y se abre paso hacia el dominio universal, hasta crear la situación que describe Rm 7: «el pecado original (originado) en cuanto estado ligado al enraizamiento de todos los hombres en idéntica raza pe cadora» [PO R 125 s.]. Ahora bien, es indudable que Pablo establece una relación de causa-efecto entre el pecado de Adán de una parte y el reino del pecado que precede a la posibilidad misma de los actos libres, pero que los pecados actuales vienen a vigorizar» [PO R 127] . 50. P. G r e lo t , Peché originel et Redemption a partir de l’Épitre aux Romains, 53-204. Los números entre corchetes en el texto se refiere a las pp. de esta obra, bajo la siglo POR. 51. G relot , o . c „ 80-113, 136 n t/ 31.
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