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438 ALEJANDRO DE VILLALMONTE Efectivamente el cristianismo es, primordialmente, una revelación del proyecto divino de salvación en Cristo. Según este proyecto Dios quiere fun dar la relación del hombre consigo mismo sobre nuevas bases, quiere reali zar la alianza de Dios con el hombre [ 267 - 7 7 ] . Esta alianza no la puede asumir el hombre sino mediante una decisión personal libre de entrega y respuesta a la llamada de Dios. Esta decisión humana la designan F-A con el término de «opción fundamental», para subrayar su diferencia de otras opciones periféricas o pasajeras. En efecto, mediante la opción fundamental se inicia una nueva vida, que permanece hasta que no sea revocada esa mis ma opción [ 27 - 8] , Con esta opción fundamental se pone en marcha la tras- formación radical del hombre que el N .T. llama nueva creatura. También F-A recogen el tema tratado por Schoonenberg y, más honda mente, por H. K. Weger: la mediación humana en la salvación. Mediación que se cumple en Cristo, en la Iglesia, en los demás hombres .en la historia humana en general [286-94]. Pero la Escritura no sólo conoce una historia de salvación, sino que tam bién nos da testimonio de una paralela historia de perdición, que sirve de contrasombra a aquélla y que, en última instancia, también ayuda a escla recer el misterio de salvación. Como en la historia de salvación también aquí hay que tener en cuenta la mediación humana, la responsabilidad de cada hombre en la perdición de los demás [ 294-307] . Tras esta preparación metodológica y de ambientación entramos ya en el núcleo de la teoría ofrecida por F-A para una mejor explicación del mis terio del pecado original. Recogemos las palabras en las que los autores sintetizan su visión per sonal del problema: «La miseria innata de la condición humana llamada en la terminología escolástica "pecado original originado” , puede definirse como la alienación dialogal respecto de Dios y de los demás hombres, determinada por la participación fallida de la vida divina, que a su vez es producida por una libre iniciativa humana, anterior a toda toma de posición de cada uno de los miembros de la humanidad actual» [ 4 34 ] . Tres afirmaciones básicas contienen las anteriores palabras: 1) «E l elemento principal de la definición se refiere al aspecto persona- lístico de la innata miseria humana, es decir, a la alienación dialogal. A l llegar a la existencia todo hombre se encuentra en esta situación: incapaci tado para amar a Dios sobre todas las cosas, para tomar una opción funda mental por E l, que responda a la llamada personal dialogante de Dios; recon centrado en su egoísmo radical, es incapaz de abrirse a Dios y a los demás hombres. Consideramos que el aspecto personalista es el elemento principal de la definición» [ 4 3 5 ] . 2) Pero «la raíz metafísica de que el hombre, antes de su inserción en Cristo, sea incapaz de dialogar con Dios, es la privación de la perfección
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