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430 ALEJANDRO DE VILLALMONTE aunque sin anular la libertad personal; incluso cuando la condiciona en for­ ma decisiva y muy a fondo. El presupuesto teológico de la nueva formulación lo sintetiza W e de esta forma: «Toda historia humana, por efecto de la universal voluntad salvifica de Dios, es necesariamente una historia de salvación o una historia de per­ dición. Ahora bien, en la medida en que el hombre viene determinado por la historia de perdición de la humanidad ( como historia) , en forma interna y prepersonal, no posee la gracia santificante que Dios le tenía asignada pre­ cisamente por mediación de esta historia, es decir, se encuentra en estado de pecado » 34. La voluntad salvifica de Dios hay que entender aquí con la amplitud con que la propone la teología contemporánea. Esta trascendente voluntad salvadora de Dios se concretiza para cada hombre en forma real, trasformándose para él en una especie de predeterminación, en una condi­ ción existencial ontològica previa. Recuerdese el existencial sobrenatural de que habla K. Rahner [ 25 ] . Dando un paso más habría que recordar otra verdad de indudable im­ portancia. Que la gracia la ofrece y comunica Dios a través de los demás hombres; del Hombre Jesús, de la comunidad de hombres que es la Iglesia, mediante la relación y comunicación interpersonal de unos hombres con otros. Así se comprende que la acción de uno pueda determinar la relación íntima de su prójimo con Dios. Todo hombre tiene para otro función de mediador de la gracia [ 12 7 - 3 7 ] . Pero, no obstante estar el hombre destinado a la salvación y hallarse en­ cuadrado en una historia de salvación, resulta que, según testimonio de la Escritura, el hombre vive desde el comienzo de la historia y de su exis­ tencia individual una situación pecadora, que coexiste con una historia de gracia [ 13 7 - 44 ] . Surge entonces la pregunta: si esta historia pecadora de la humanidad puede afectar tan íntima y hondamente al hombre que a cada uno pueda hacerle realmente pecador. Es este el problema del pecado ori­ ginal, que existiría en cada uno incluso antes de su decisión personal libre. Aquí está la piedra de toque de las últimas hipótesis que, al respecto, se han elaborado. Es el defecto que muchos señalan en la teoría de Schoonen- berg sobre el pecado del mundo que pondría en situación pecadora al hom­ bre. Tal «situación» no lograría la dimensión óntica suficiente. N i se expli­ caría la afirmación de que todo hombre es pecador ante Dios incluso antes 34. En forma de tesis propone We: «2. Tbese: Jede menschliche Geschichte ist auf Grund des universalen Heilswillens Gottes notuiendig Heils-oder Unheilsgeschichte. In- sofern nun aber der Mensch von der Unheilsgeschicbte der Menschheit (ais Geschichte) innerlich und vorpersonal bestimmt ist, besizt er die ihm von Goti durch eben diese Geschichte zugedachte heilmachende Gnade nicht, d. h., er ist in Zustand der Siinde », Erbsündenlheologie, 299.

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