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4 2 4 ALEJANDRO DE VILLALMONTE 3.— Tercer aspecto : dimensión de totalidad. «E l hombre o bien está todo entero inmerso en el acontecimiento de perdición o en el de salvación» [1 1 0 ]. Con esto se completa la universalidad en dirección de hondura y profundidad. Hasta lo más hondo del ser humano está perdido (contra gnosis, que tenía por impecable al «pneum a»), «N o se trata sólo de una actitud, de una acción o de un contenido de conciencia, sino de una dimensión anterior a esta esfera, que les sirve de base y que define al hombre com o totalmente pecador por obra de Adán o com o justo por acción de C risto» [1 1 2 ]. 4.— El cuarto aspecto podría calificarse de escatológico. En el sentido de que la influencia del pecado adánico ha dejado de dominar y la influencia de la gra­ cia ha empezado ya a ejercer su señorío [1 1 2 ]. Obtenidos estos datos bíblicos básicos Le se pregunta por la «posibili­ dad de un uso dogmático de la tipología Adán-Cristo» [ 11 5 - 30 ] , Para lo­ grarlo en forma convincente propone estos principios: 1.® relación de origen. Preguntarse por la génesis de tal tipología. Se verá que Pablo tiene una prevalente intención cristológica y soteriológica. P or tanto, sobre la historicidad de Adán, sobre su función de padre biológico de toda la humanidad, sobre un posible monogenismo no sabe más que sus contemporá­ neos. Los problemas actuales sobre el particular quedan abiertos a discusión y a una solución distinta a la de Pablo [117-20], 2.° la reacción al mundo de entonces. A este respecto Pablo quiere inculcar a sus contemporáneos el hecho de que el pecado tiene aquellas características ya mencionadas: universalidad, totalidad y anterioridad relativa, sobre todo. A esta idea básica se subordinan otros elementos que Pablo, com o los hombres de su tiempo, pudo tener en la mente. Tal la descendencia biológica, el monogenismo (teológico) com o presupuesto, indispensable entonces, para explicar las propieda­ des del pecado, especialmente la anterioridad universal y profunda [1 21-4 ], 3.° relación al misterio trascendente, que es misterio de salvación en Cristo. Y distinguir lo sustantivo de este misterio que Pablo quiere comunicar, de los medios de representación y expresión, privativos de la época, para prescindir de éstos al querer traducir el contenido ante el hombre de hoy [1 24 s, 129]. 4.° relación al mundo de hoy. en virtud de la voluntad salvífica universal hay que decir que el Mensaje también ha de ser salvador para el hombre de hoy. Por tanto, hay que buscar en su mentalidad formas de expresión que hagan a la sustancia del Mensaje tan vivaz, existencial e interpelante com o lo fueron en su primera enunciación entonces [125 ss, 130], En este momento propone Le sus propias «reflexiones en vista de una fórmula nueva para la utilización dogmática de la tipología Adán-Cristo» r 241 ]. No perdamos lo ya adquirido: que la perdición causada por Adán reviste en Pablo los caracteres de universalidad, totalidad, anterioridad relativa, di­ mensión transtemporal y escatológica. Las categorías expresivas para el hom­ bre de hoy de esta verdad se basan en la distinción entre historicidad diso

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