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4 1 8 ALEJANDRO DE VILLALMONTE con el primer pecado, se acrecienta e intensifica con la historia. Puede haber períodos en que el pecado del mundo, la universal pecaminosidad humana remita, sea menos intensa que en otros, hasta que llega a su paroxismo en la crucifixión del Señor, culminación del pecado original y signo externo de su universalidad e intensidad máxima22. Por lo dicho se comprende ya lo que es en sí mismo el estado depecado original. Sch insiste, con la tradición, en el sentido analógico de la palabra «pecado» aplicada al personal y al original. Según indicamos, el pecado o ri­ ginal originado en cada uno consiste en el «estar situado» pasivo, enla con­ dición existencial-óntica de pecador, en cuantoproducida en él por obra de los pecados de los hombres. Entrando en ulterior explicación de esta « situa­ ción de pecado» habría que aplicarle, en predicación analógica, las caracte­ rísticas de todo pecado: ruptura de la amistad con Dios, incapacidad de amar a Dios y al prójimo, inclinación al mal expresado en el concepto más com- plexivo de concupiscencia [H P 966-7]. Dentro su teoría Scb tiene un visible interés en diferenciarse de la ense­ ñanza clásica en un aspecto importante: en el modo de explicar la trasmi­ sión del pecado original. Este aspecto de la enseñanza tradicional le disgusta especialmente a Sch. En primer lugar supone una explicación precientífica, fijista, estática en cuanto al origen del hombre y, nominalmente, el monoge- nismo estricto. Nada de esto es sostenible hoy día. Dentro ya de la tradición teológica había una tendencia (escotistas y otros) a hablar de la generación como de mera condición, no causa de la propagación del original. Es la única sostenible en la teología actual. Por lo demás, parece claro que el hecho biológico, físico, de la generación no puede trasmitir ni el pecado ni la gracia, aunque se diga que lo hace indirectamente. En vez de los factores biológicos Sch habla de los factores psicológicos-sociológicos en la trasmisión del pecado y de la gracia. E l pecado se trasmite por los medios y canales por los que, en la intercomunicación humana, se trasmiten ideas y sentimien­ tos: por medio del conocimiento y del amor. En esta teoría «la gracia viene ofrecida por los caminos de la educación y de la trasmisión de valores y, por tanto, el repudio de la gracia por cualquier hombre tiene como consecuencia la falta de gracia en otros» [P R 125, 138 ]. E l pecado se trasmite no por vía de «generación», sino por vía de «educación». No por contagio bioló­ gico, sino por contagio sociológico. «Tratándose del pecado y de la gracia, Jo que pone a otros hombres en una situación de posibilidad o imposibili­ 22. HP 991 ss.; 1038, 1032. Mysterium Iniquitatis, 583. El mismo Sch reconoció más tarde que su teoría, en este punto, «ofrece más problemas que soluciones», Ereignis und Gescbehen, 16. En Mysterium Iniquitatis, 590, da por superada aquella hipótesis de concretar el «pecado del m undo» en único acto: repulsa de Cristo el Viernes Santo.

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