PS_NyG_1977v024n003p0383_0465

410 ALEJANDRO DE VILLALMONTE — La función de ser originante de la situación nativa de pecado en que todos nacemos, es asignada a la «humanidad», en cuanto comunidad pecadora; al «p e ­ cado del m undo», a la humanidad com o «m u n do» pecador. En él cada hombre contagia y es contagiado por el pecado de todos. — Rondel es buen conocedor de la tradición doctrinal de la Iglesia sobre este problema. Y piensa que su opinión, aunque no conocida por los antiguos, tampoco podría decirse inconciliable. Mantiene la sustancia de lo que los Padres y Concilios querían defender: necesidad de la redención, y del bautismo, para la salvación. Pero tal necesidad no es un mero todavia-no de la gracia, es fruto de una caída, de un pecado com etido por el hombre: el pecado del mundo. La «hipótesis» de Ro no está desarrollada en todos sus puntos l2. Piet Schoonertberg y su ensayo sobre el pecado original P. Schoonenberg ( = Sch ) ocupa un puesto relevante entre los teólogos que, por los años sesenta, buscaban una renovación a fondo de la teología del pecado original. Son numerosos sus escritos sobre el tema y lo aborda desde diversas perspectivas. Sus ideas tuvieron buenos vehículos de difusión en libros como el «Nuevo Catecismo Holandés», muy ligado a Sch, y el «Mys- terium Salutis» que incluye una amplísima colaboración de Sch sobre «El hombre en pecado». Reiteradamente fueron comentadas y criticadas, en d i­ versas direcciones, sus ideas; resalta la audacia intelectual con que acomete el problema y estilo claro y accessible con que logra popularizar figuras teo­ lógicas tan difíciles como la del « pecado del mundo » 13. Las fuerzas que impulsaron a Sch a buscar el cambio las señala él, más o menos explícitamente, en varios momentos de sus escritos. En primer término el teólogo que quiera cultivar una teología moderna y progresiva tendrá empeño en proponer el contenido del Mensaje acomo­ dado a la mentalidad, a las categorías culturales y de expresión que posee el hombre de hoy. Con la intención prevalente de ser fiel al Mensaje, pero 12. Entre los comentarios a la hipótesis de Ro pueden verse, P h ilip pe de la T ri- n ité , Les points de vue de H. Rondel ...sur le péché originel, 345-54: le reprocha no salvaguardar las enseñanzas dogmáticas de Trento. C. G . E xtrem eñ o, Perspectiva actual acerca del pecado original, 521 s., bajo el epígrafe «Explicaciones cristológicas del pecado original». J. L. C onnor, Original Sin, 234-6. A . M . D u b a rle, Bulletin de Théologie, 93-4. M. M . L a b ou rd ette, Le péché originel, 281-3. K. Schm itz-Moormann, Die Erbsün- de, 66 s. M . F lik c - Z. A lsz e g h y , El hombre bajo el signo del pecado, 230-3. H . H aag, Zur Diskussion um das Problem der "Erbsünde", 91-4. 13. Los escritos de Sch referentes al pecado original, los conocidos por nosotros, los mencionamos en la Bibliografía, al final de nuestro trabajo. L o necesario y suficiente para la presente exposición se encuentra en la obra "El hombre en pecado", publicado en ‘ Mysterium Salutis’ I I /I I , 946-1042. Junto con la colección de artículos sobre el tema, publicada bajo el título "Pecado y Redención”, Barcelona 1971. O tros estudios de Scb son aducidos sólo ocasionalmente y com o complementarios. Los números que en el texto van entre corchetes, se refieren a estas obras, bajo las siglas 'H P ’ y 'P R ’, respectivamente.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz