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404 ALEJANDRO DE VILLALMONTE Para una mentalidad evolucionista resultaba inaceptable que una pareja fuese la única base biológica (-monogenismo) detoda especie humana que se multiplica en millones de individuos durante miles de siglos. Esta men talidad parece contagiar, con progresiva intensidad, a los teólogos: se niegan a aceptar que un único pecado cometido in illo tempore, al inicio de la histo ria (-monoculpismo) haya bastado él solo para poner en situación de pecado a millones de seres humanos hasta el final de los tiempos. Ahora, en vez del pecado único de Uno, se busca la causa originante de la situación pecadora en los muchos pecados de todos: en los pecados de la Comunidad humana, en el « pecado del mundo». Henry Rondel La teoría que propone ahora — 1967— ya había comenzado a germinar en el espíritu de H. Rondet ( = R o ) desde 1943 9. Después de un ponderado estudio del pecado original en la Escritura, en la tradición patrística y teo lógica; después de indicar las reacciones que tal doctrina está provocando en la conciencia del hombre contemporáneo, Ro propone su personal opi nión a nivel de hipótesis de trabajo. Veamos las «tesis» en que Ro condensa su propuesta. En el presente estado el género humano sufre muchas miserias, las cua les podrían decirse en parte naturales, pero no se explican del todo bien en un hombre, ser ordenado al fin sobrenatural. No es que haya de con cluirse sin más, a la existencia del pecado original. Pero tampoco se debe desoír a la Iglesia que enseña que tales penalidades son efecto de la caída originaria. Así se origina el «pecado original» en cada hombre, que Ro des cribe según rasgos tradicionales [307-13]. En seguida pasa a explicar su pensamiento: «para comprender bien el pecado de Adán es necesario, ante todo, contemplar la unidad de la familia humana en Cristo, nuevo Adán, en el cual han sido creados y son creados por Dios todos los hombres de todos los siglos» [309, 313]. Esta afirma ción básica se desglosa en otras tres: a) La visión cristocéntrica de la historia creación y de la historia de la salvación, aceptando en sustancia, la conocida teoría escotista sobre la pri macía absoluta de Cristo [313-4, 310]. dendogmas, IV, 323. M. F lic k - Z. A ls z e g h y , El hombre bajo el signo del pecado, 212-23. H. Haag, The Original Sin Diskussion, 1966-1971, 277-81. Condensación de este art. en Colligite 20 (1974) 230-42. 9. H. R o n d e t, Le péché originel dans la tradition patristique el thcologiquc, 307. Los números del texto entre corchetes se refieren a las pp. de este libro. 2. Pecado original - pecado del mundo
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