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E l p e c a d o o r i g i n a l V e i n t i c i n c o a ñ o s d e h i s t o r i a : 1 9 5 0 1 9 7 5 ( Continuación) SECCION SEGUNDA: AÑOS 1961-1970 S e c o n m u e v e n l o s c im ie n t o s La característica gen eral del p e r ío d o qu e vam os a h istoriar y, al m ism o tiem p o , el resu lta d o final de la in vestiga ción p o d ría n sintetizarse en la frase q u e n os sirve d e su b títu lo : se conmueven los cimientos sobre los cuales, durante siglos, venía apoyándose la creencia en el « pecado original». Durante el decenio anterior, 1950-1960, las dificultades propuestas por el evolucionismo se concentraron en la incompatibilidad — insuperable, según muchos— entre el poligenismo y el dogma del pecado original. Durante los años sesenta prosigue la discusión; pero hay un progreso evidente. Más aún, la cuestión llega a superarse en forma satisfactoria y, seguramente, irrever­ sible. Simultáneamente el saber humano interviene en la discusión sobre el pecado original y propone su interpretación desde otras perspectivas. En primer término desde el punto de vista de la psicología profunda, que des­ cubre en la creencia cristiana sobre Adán inocente, sobre el estado paradi­ síaco, sobre la caída originaria, sobre el mal original, temas muy sabrosos de su propia investigación. Al mismo tiempo, la historia y la mitología com­ parada de las religiones descubre la dificultad de seguir pensando en la his­ toria de Adán, como una información caída del cielo. Tiene demasiadas ana­ logías con las narraciones y mitos de otras religiones y filosofías acerca del estado primero y caída originaria de la humanidad. Con ello surge la sos­ pecha de que en ambos casos se trata, en gran medida o totalmente, de crea­ ciones específicas del espíritu humano que se pregunta y se responde desde

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