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EL COLOQUIO PRIVADO DE PABLO. 313 salén para entrevistarse con los apóstoles (1, 15-17); d) que cuando subió a Jerusalén por vez primera ( ¡tres años más tarde!), lo hizo para conocer a Pedro, y de los demás sólo vio a Santiago, el hermano del Señor (1, 18. 19); e) que, después de esta visita, las comunidades cristianas de Judea sólo lo conocían de oídas (1, 22. 23); f) que, al subir por segunda vez a Jerusalén ( ¡después de catorce años!) se entrevistó en privado con los notables de la comunidad (2, 1. 2); g) que, como resultado de la reunión tenida con los notables, estos, y sólo estos, no tuvieron nada que añadir a su evangelio (2, 6); h) que fueron «las columnas» de la iglesia — Santiago, Cefas y Juan— los que estrecharon las manos de Pablo y Bernabé en señal de «comunión» (2. 9). En semejante contexto literario, ¿puede parecer extraño que Pablo atribuya una importancia del todo excepcional a la circunstancia de haber expuesto su evangelio a los notables de la iglesia precisamente «en privado», y que tenga que ver con ese detalle su preocupación por «correr o haber corrido en vano»? Argumentos en favor de la hipótesis I. Si nos atenemos, en primer lugar, a la estructura del período pau lino nada hay que se oponga a la solución propuesta; por el contrario, es completamente normal referir la sentencia explicativa del final del versícu lo a lo que la precede inmediatamente: «expuse el evangelio que predico entre los gentiles, pero 10 aparte a los notables, no fuera que» — en caso de no hacerlo de esa forma privada— "mis afanes de antes o de ahora resulta sen inútiles". Gramaticalmente, pues, no hay nada que objetar a esta solu ción, que no parece haber interesado a nadie hasta el momento. ¿Cuál pue de haber sido la razón de este olvido? Es probable que la total unanimi dad en referir los traductores y exegetas la frase en cuestión a «expuse el evangelio... a los notables», sin tener en cuenta el valor de xac'iSíav, se deba al influjo ejercido por un sector de la exégesis patrística, que se mani festó en ese sentido ", y sobre todo al haberse consolidado la idea de la au toridad insustituible de los apóstoles de Jesús en el reconocimiento de la autenticidad de la predicación12. Pablo se habría presentado ante ellos, a 10. La partícula oé detrás de r.ax'ioí av tiene en este caso un matiz adversativo, que supone implícitamente la posibilidad contraria («en público»), y que prepara de este modo a la oración final del versículo. Pablo habría expuesto su evangelio, «pero [no en público, sino] en privado, no fuera que, etc.». II, Tal es, por ejemplo, el caso de Tertuliano, que se expresa de este modo: «...Pau lo, qui adhuc in gratia rudis, trepidans denique, ne in vacuum currisset aut curreret, tune primum cum antecessoribus apostolis conferebat» (Adversus Marcionem I, 20, 2: CCL. 1 , 461). Sin embargo el Crisóstomo, al interpretar más tarde el texto paulino, niega de cididamente que el apóstol hubiera subida de Antioquía a Jerusalén «porque a él le hi ciera falta, pues bien sabía él que había de seguir limpiamente los mandatos de Cristo» (PG 6 , 633). 1.2. Esta actitud tomó cuerpo principalmente a partir de la polémica de la exégesis
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