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312 ANGEL RODENAS de la presencia molesta de sus adversarios judaizantes. De no haberlo hecho así, es muy posible que la presentación de su evangelio le hubiera acarreado un serio disgusto, al haber tenido que ceder por la fuerza a las pretensiones de los judaizantes, hasta el punto de que Pablo habría llegado a contem­ plar la posibilidad de que cuantohacía o había hecho en el pasado podía resultar un esfuerzo inútil. Es cierto que entre los comentarios a Gal hay algunos que prestan par­ ticular atención al nexo existente entre Gal 2, 2 y la actitud que losjudai­ zantes observaban frente a Pablo. Así, Santo Tomás, al explicar elinciso «seorsum autem his qui videbantur aliquid esse», dice: ...non quod turpia vel falsa cum eis tractaret ac conferret, sicut haeretici faciunt, sed quia scie- bat ibi esse judaeos calumniantes, propterea quod de legalibus docuerat. Et ideo ne veritas pateret calumniae, cum illis seorsum contulit qui non calum- niarentur 8. Siglos más tarde Cornelio a Lapide comenta el «ne in vacuum currerem» de este modo: ne pseudoapostolis jactantibus doctrinam meam ab Apostolis reprobari, mibi fideique meae non credant, et sic meus omnis la­ bor cassus reddatur Y pretende corroborar su opinión recurriendo a la au­ toridad de S. Jerónimo, Tertuliano y S. Agustín. Sin embargo incluso estos comentarios no van más allá de resaltar la im­ portancia que tuvo el encuentro privado de Pablo con los notables para evitar que se inmiscuyeran los judaizantes (así Santo Tomás), o de subrayar la preocupación del apóstol por lo que pudiera seguirse de la actitud hostil de los judaizantes, en el caso de no haber expuesto su evangelio ante los notables (C. a Lapide). Pero ninguno de los dos autores ha establecido cone­ xión entre la preocupación del apóstol ante la posibilidad de correr o haber corrido en vano y la circunstancia de que, precisamente para evitarlo, se reu­ nió privadamente con los responsables de la iglesia de Jerusalén. Antes de pasar adelante con las pruebas conviene subrayar el interés de Pablo en esta carta por dejar bien sentado: a) que al recibir el don del apostolado «por intervención de Jesucristo y de Dios Padre», no hubo inter­ vención humana alguna (1, 1), lo que no se repite en ningún otro saludo epistolar del apóstol; b) que su evangelio no se lo ha transmitido ni ense­ ñado ningún hombre (1, 12), frente a la manera de hablar, menos radical, de otros textos (e.g., 1 Co 11, 23; 15, 3); c) que después de haber recibido la llamada de Dios y «la revelación de su Hijo» para que lo anunciara a los paganos, se retiró a Arabia sin haber consultado con nadie ni subir a Jeru- Otra forma ele expresar lo mismo en griego sería sencillamente í&’qt, » lo que se contra­ pone zoivij o Srjptooia, «en común, públicamente». Dado que en el caso presente no ha expresado Pablo contraposición alguna, puesto que sólo ha usado xax'íSíav, tenemos un motivo más para afirmar que en Gal 2 , 2 no se alude en absoluto a una reunión comu­ nitaria, distinta de la que celebró Pablo con los dirigentes de la iglesia. 8 . In epislolam ad Galatas c. 2, lect, 1, Parisiis 1876, 187 s. 9. Commentaria in Scripturam Sacram, t. 18, Parisiis 1891, 526.

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