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328 ANGEL RODENAS do con esta solución Pablo o bien tenía miedo de haber errado el camino (solución de Schlier), o bien creía tener absoluta necesidad de la aprobación de los apóstoles para poder continuar su tarea evangelizadora. En cambio, si se acepta la solución que he expuesto, la situación descrita por Pablo debe entenderse de este modo: él les expuso el evangelio, pero aparte (xax'iStav) a los notables (tole 8oxoootv), para que sus esfuerzos no resultaran o hubiesen resultado vanos. Lo que equivale a decir: ya que de no haberlo hecho así (es decir, de ese modo concreto, en privado, ante los solos dirigentes), sus esfuerzos podían resultar o haber resultado inútiles. En esta explicación se descarta por supuesto el temor de Pablo a andar equivocado doctrinalmente y aun la creencia de que tuviese necesidad de la aprobación de los apóstoles para mirar con tranquilidad al pasado y poder continuar su misión en el futuro. Pablo informa a los notables de Jerusalén con el objeto de realizar un gesto de comunión eclesial, la cual era para él un factor esencial en la «edificación» de la Iglesia39, y de obtener de ellos al mismo tiempo un precioso apoyo, que le iba a ser de máxima utilidad en la prosecución de su actividad evangelizadora. Por eso su exposición la hace con la completa seguridad de que los apóstoles encontrarán perfecta adecuación entre el evangelio que proclamaba Pablo entre los gentiles y >'1 que proponían a los judíos los apóstoles del Señor, los cuales apenas habían rebasado hasta el momento los confines de Palestina. A n g e l R o d e n a s , Sch.P. Salamanca brar una reunión general con toda la comunidad? Es cierto que algunos la defienden. Pero, aun en el caso de haberse celebrado una reunión semejante, el beneplácito que otorgaron los notables al evangelio de Pablo tuvo como marco ambiental un encuentro privado (cf. supra). Y puesto que la reunión de la asamblea de Jerusalén (Act 15) tuvo seguramente carácter público, vemos aquí una nueva dificultad para identificar el viaje de Pablo a Jerusalén de Gal 2 con el que nos refiere Lucas en Act 15. 39. Pablo «está convencido... de que no basta con haber recibido el evangelio y el apostolado por revelación de Cristo. Precisamente por ser éste con toda certeza el caso, tiene que manifestarse la unidad del evangelio y del ministerio apostólico entre él y quienes eran apóstoles antes que él. El verdadero evangelio y la legítima misión apostó­ lica llevan en sí la tendencia a ser comunes, puesto que la Iglesia se edifica sólo por el evangelio uno mediante el apostolado que es uno. Mas esta unidad tiene que hacerse visible. No sólo hay que suponerlo... La unidad del evangelio v del apostolado y, conse­ cuentemente, la de la Iglesia no se consigue a base de hacer un compromiso teórico y práctico en lo fundamental, sino gracias a la decisión que manifiesta el reconocimiento del evangelio paulino y su apostolado por parte de los de Jerusalén. La unidad de la Iglesia se guarda en virtud de la verdad de) evangelio y del único apostolado, descu­ bierta y reconocida en común por el juicio de las autoridades de la iglesia»: H. S c h lie r , La carta a los gálatas, 83 s.

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