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320 ANGEL RODENAS La prueba última que viene a confirmar la validez de la hipótesis que de­ fiendo en este trabajo es que, si se la acepta, creo que resuelve de manera satisfactoria la serie de problemas que presenta la conexión interna de la perícopa Gal 2, 1-10, sobre todo los cinco primeros versículos. Como es sabido la dificultad principal proviene de la ilación del v. 3 con el v. 4, así como de la cuestión acerca de si Pablo dice a los gálatas que se negó a circuncidar a Tito, o que cedió por razones coyunturales, a fin de obtener mayores facilidades en el ejercicio de su apostolado. A propósito de la primera dificultad los exegetas hablan con frecuencia de la existencia de una elipsis entre los versículos 3 y 4, mientras otros la consideran innecesaria 22. Por lo que atañe a la segunda cuestión algunos escrituristas hacen hincapié en la circunstancia de que en varios códices griegos y versiones antiguas, así como autores griegos y latinos, falta el comienzo del v. 5 ( o ! q o63s), para deducir de ahí que esas palabras no pertenecen al original, ya que Pablo cedió efectivamente en el caso de Tito y consintió en circuncidarlo por motivos de simple oportunismo, aunque el apóstol se mantenía inconmovible en sus principios23. Con todo, hay que recordar que la mayor parte de las versiones modernas sostienen la actitud intransigente de Pablo, que se negó resueltamente a ceder un punto a las pretensiones de los judaizantes. Ahora bien, a fin de expresar en el texto semejante de­ cisión los traductores se ven obligados por lo general a completar el texto de los versículos 4 y 5, supliendo algún término, con lo cual vienen de he­ cho a reconocer, al menos tácitamente, la existencia de un elipsis. La ventaja que ofrece la solución que propongo es que las dos dificul­ tades recordadas se resuelven en ella de manera satisfactoria, sin necesidad de recurrir a la elipsis ni de admitir que Pablo cedió, aunque fuese excepcio­ nalmente, en el asunto de la circuncisión de Tito, lo cual parece inacepta­ ble si se tiene en cuenta el contexto global de la carta a los Gálatas. Antes Cristo, como supremo Juez y árbitro de la «carrera», juzgue sus tareas apostólicas (cf. 1 Cor 9, 24-27)». J. M. G onzález R uiz , Cartas de la cautividad, Roma-Madrid 1956, 57. 22. B. O rchard ha intentado la solución del problema a base de una elipsis, en su artículo The Ellipsis belween Galatians 2, 3 and 2, 4, en Bib 54 (1973) 469-481. En respuesta A. C. M. B lommerde niega que se dé elipsis alguna en este caso. La solución que ofrece es la conexión directa que en su opinión existe entre 7 ¡vaYxác;(lr¡ XEpiT¡iY¡ 0 ^vai del v. 3 y o'.á os xouí íwpstoáxxouí 'j>suoa 8 á).cpou<; del v. 4, junto con cbio 61 x<üv SoxoOv- xu)v slvaí xi, del v. 6 (Cf. Is Tbere an Ellipsis belween Galatians 2, 3 and 2, 4?, en Bib 56 (1975) 100-102. 23. Acerca de este problema de crítica textual cf. B. M . M etzger , A Textual Com- mentary on tbe Greek New Teslament, London-New York 1971, 591 s. La omisión de oí? en algunos testigos parece haber sido deliberada y obedece a la intención de recti­ ficar el anacoluto. En cuanto a la omisión de ou3= —bien sea con la omisión simultánea de o'c o sin ella— queda limitada principalmente a los testigos occidentales «and seems to have occurred when certain scribes thought in necessary — in view of the Apostle’s Confirmación de la hipótesis por el contexto inmediato

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